- Su último disco, Limones en invierno, vio la luz entre una gran expectación. De hecho, su salida obtuvo una rápida y entusiasta respuesta por parte del público dentro y fuera de Euskal Herria. Todo hacía presagiar que 2020 iba a ser un año fantástico para Izaro, tras todo lo que ya le dio Eason en 2018 y las expectativas generadas. Pero había algo con lo que nadie contaba. La aparición del coronavirus paralizó los planes, aunque el pasado otoño, poco a poco la creadora pudo ir recomponiendo parte de la agenda que quedó en suspenso. Muy pocas, pero todavía quedan algunas entradas para compartir con ella su nuevo paso por tierras alavesas (de hecho, la grada 1 ya está completa, así que no hay que esperar demasiado con el resto de espacios). Sucederá este domingo en el Iradier Arena, que tiene previsto abrir sus puertas a las 20.00 horas, para dar paso a la actuación unos 30 minutos después. Allí estará esperando Izaro, que inició este 2021 con dos conciertos en Álava. Esta vez será distinta puesto que habrá "diferente energía, diferente setlist, diferentes chistes, diferente vestuario. Diferente pero igual de mimado". Así lo asegura la cantante y compositora Izaro Andrés Zelaieta.
Empezó el año con conciertos, en el caso de Álava, tanto en el Principal como en el Amurrio Antzokia. La situación sigue igual a la hora de hacer conciertos. ¿Artistas y público se han acostumbrado incluso demasiado a estos formatos de aforos reducidos, distancias y demás? ¿Cree que si algún día se vuelve a los conciertos de antes, hasta puede que la gente se sienta extraña?
-Nos acostumbramos a todo, para bien y para mal, pero yo creo que será un alivio volver a los aforos completos, a ver caras sin mascarilla, y a escuchar cantar al público al volumen al que realmente cantan. Supongo que costará un poco sentirnos cómodas sin distancias de seguridad, pero creo que para todas es más plena la experiencia de un concierto sin limitaciones físicas de este tipo. Yo creo que no nos costará demasiado volver.
¿En estos meses ha estado en algún concierto como espectadora en esta situación? ¿Ha sido la vivencia muy diferente a cuando se está arriba?
-Sí, he ido a conciertos y teatros. Es un poco rollo el concepto mascarilla en un evento en el que el único objetivo es la comunicación, pero es cierto que cambia menos la situación para el público que para la gente que está en el escenario, porque lo que ves desde el público es igual que lo que verías sin pandemia, el escenario es ese oasis en el que aún puedes ver sonrisas, emociones, caras de felicidad, de agotamiento, expresión, corporal y facial. Lo que cambia es lo que hay a tu alrededor como público, distancia, poca gente, mascarillas y cánticos a medio volumen. Pero tus ojos miran al oasis. Cuando estás en el escenario tú estás en el oasis pero ves mascarillas, personas a las que no puedes verles la expresión, que lo dan todo cantando y te llega la mitad y salas medio llenas (o medio vacías). Es más normal estar entre el público que en el escenario, para mí.
Es evidente que a 'Limones en invierno' no le ha sucedido como a otros trabajos discográficos que salieron justo antes de la pandemia, álbumes que en la mayoría de los casos han quedado olvidados en el limbo. Este trabajo sí está pudiendo hacer su camino a pesar de todo. ¿Pero tiene la sensación de que le podría haber dado más? ¿Lo sigue sintiendo como presente? ¿O está pensando y trabajando en lo próximo?
-Por supuesto. He tenido que hacer un trabajo muy grande para aceptar que el 2020 que teníamos previsto desapareció. Para nosotras era un año decisivo y he tenido que despedirme de todo lo que pudo haber sido, aceptar que existe la posibilidad de que nunca sea, y que quizás he perdido una de las mejores oportunidades de mi carrera. Y una vez entendido y digerido todo eso, mirar en lo que sí queda vivo y reiniciar el camino desde donde sí se puede, y usar todo el agua de todos esos limones derretidos de pena para regar nuevos caminos. Siento presente aún Limones en invierno, menos mal, lo siento muy en harmonía con lo que soy y estoy disfrutando mucho de la gira de verano. Y por fin tengo la confianza para trabajar también en cosas futuras. Estoy muy contenta ahora.
A pesar de todo, es indudable que Izaro es una artista en boca de muchos y de la que se dicen y escriben grandes frases. De vez en cuando está bien alimentar el ego, por supuesto, ¿pero cómo se toma todo lo que se dice? ¿A veces no es un poco de presión excesiva? Lo digo, por ejemplo, porque antes de que saliese 'Limones en invierno' a principios de 2020 parecía que era obligatorio que funcionase a lo grande sí o sí tras el éxito de su trabajo anterior.
-Cuando mucha gente habla y opina de ti corres el peligro de vivir para las expectativas ajenas, y de que tu identidad tambalee porque te pierdes y empiezas a mirarte mientras te miran, y te puedes confundir y pensar que eres quien dicen que eres en vez de lo que sencillamente eres. La crisis existencial de esto la pasé en 2018 con Eason, y ahora estoy mucho más enraizada, más encaudalada y tranquila. Creo que objetivamente tenemos la capacidad como humanos de saber reconocernos y percibir nuestras capacidades, limitaciones, habilidades y complejos. Y creo que he conseguido una relación bastante sana con el público y la crítica y eso hace que me comunique con el mundo de forma real y por eso he podido ir soltando la presión, pero no es fácil, voy aprendiendo poco a poco. Creo que como público tenemos que hacer autocrítica de cómo tratamos a los personajes públicos.
Lo más seguro es que en un verano normal, la agenda musical de Izaro estaría mucho más apretada, pero ha conseguido cerrar un listado de citas bastante interesante, además con conciertos que ya se han producido por ejemplo en Ávila o Mallorca. Aún entendiendo que el contexto no es el propicio, ¿cómo está afrontando este verano atípico? ¿Habrá posibilidad de seguir en otoño o cómo están los planes?
-Estamos felices con la gira de verano, pensábamos que no podríamos hacerla y está siendo un regalo. La mayoría de bolos estatales son en acústico y estamos moviéndonos 4 personas con nuestros cacharritos y disfrutando del lugar en el que estamos, saboreando todo lo conseguido y brindando por la salud y la buena compañía. De momento parece que se podrá seguir, pero yo ya no juro nada (risas).
¿Quienes acudieron, por ejemplo, al Principal a principios de enero y acudan también este domingo al Iradier Arena, se van a encontrar un espectáculo parecido, diferente, evolucionado, con alguna sorpresa?
-Diferente. Diferente energía, diferente setlist, diferentes chistes, diferente vestuario. Diferente pero igual de mimado.
¿Llegará algún momento en que volveremos a hablar de la música sin mencionar al coronavirus? Siento que toda la entrevista haya girado casi en todo momento sobre esta cuestión.
-Sí, llegará ese momento. Pero es que somos eso, nosotras y nuestras circunstancias.