No hacía falta ser adivino para saber que la segunda parada de la cuadragésimo cuarta edición del Festival de Jazz de Gasteiz en el Principal iba a atraer a un numeroso público, como así ha pasado esta tarde en el centenario teatro. Gonzalo del Val, Marco Mezquida (piano), David Mengual (contrabjo) y Benet Palet (trompeta) conforman cuatro argumentos irrefutables. Así que músicos y espectadores han compartido una más que interesante actuación en la que la excusa perfecta ha sido la puesta de largo del disco Cancionero.
Del Val (batería) no ha parado de recibir elogios por esta creación y, por supuesto, tenía que traerla junto a su trío y la presencia invitada de Palet a una capital alavesa en la que tantas veces ha demostrado de lo que es capaz, metido en uno y mil proyectos diferentes. Esta vez, eso sí, es el suyo, el que lleva su firma, el que ha pedido protagonismo.
El de Miranda de Ebro y su lujosa compañía han puesto el listón muy alto con una actuación de la que todo se puede destacar, aunque no hay duda de que Mezquida está en un nivel que es difícil de encontrar en otros pianistas. En el Principal todavía se recuerda con admiración el concierto que dio solo hace un par de años. Caviar del mejor.
En este caso, de todas formas, los protagonismo han sido compartidos. Temas largos, desarrollados, muy bien trabajados e hilados que han llevado al público a ese estado confuso en el que un concierto de hora y pico parece que ha durado cinco minutos dejando ganas de mucho más.
Un claro ejemplo de ello ha sido la interpretación de Romancero Nº 2, tema dedicado a la calle en la que nació y vivió Del Val. El minutaje ha sido largo, pero ha dado igual, ha pasado volando, sobre todo en ese solo fantástico que el baterista ha compartido con los presentes. Por cierto, que el músico ha querido tener palabras de cercanía no solo a Vitoria sino también al festival en el que tantos conciertos vio.