- Escolástico Medina, Tico Medina, como todos le conocían, era maestro y, desde ayer, leyenda del periodismo, un granadino que se perdía entre metáforas en sus relatos y que dominaba como nadie una prosa poética con la que entrevistó a figuras históricas, como Richard Nixon o el Che Guevara, además de multitud de personajes del corazón. Con 86 años, Medina, uno de los pioneros de la televisión, nos dejó ayer, tal y como contó emocionado Carlos Herrera en su programa de radio Herrera en Cope, en el que colaboraba desde hace años este contador de historias que sabía adjetivar sin fin y por las que recibió numerosos reconocimientos. Docenas de galardones dan buena medida de lo querido que era en la profesión este periodista especializado en reportajes y entrevistas, de las que llegó a hacer más de 30.000.

Al periodismo se quiso dedicar desde que se trasladó de Piñar (Granada) a Madrid en 1954 para estudiar en la Escuela de Periodismo, en la que se diplomó en 1962. Eran unos estudios de tres años que tardó nueve en concluir porque, según sus propias palabras, “no aparecía por clase porque las noticias estaban en la calle”.

Comenzó su carrera profesional colaborando en el diario Ideal, Radio Granada y en las revistas Careta (1950) y Chicas. Después, entre 1959 y 1968 fue redactor del diario Pueblo, dirigido por Emilio Romero, y del 68 al 1970 pasó por la redacción de Informaciones. Al diario ABC llegó en 1971 como jefe de reporteros y entre el 75 y el 77 fue jefe de reportajes especiales y publicó la columna de breves El ruido y las nueces. Entrevistó a Indira Gandhi, Pablo VI, Fidel Castro, el Che Guevara, la reina de Inglaterra, Salvador Dalí, Joan Miró, Cayetana Fitz-James (duquesa de Alba), Bernabéu, Raphael, Max Aub, Luis Rosales, Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda, Ramón J. Sender, Imelda Marcos, los israelíes Golda Meier, David Ben Gurión y Moshe Dayán, Marisol, o los presidentes mexicanos Luis Echevarría y López Portillo, entre otros.

Abrió camino en la televisión, en TVE, donde debutó en 1958 en La pequeña historia de hoy, al que siguieron innumerables programas como TeleMadrid, Cuarta dimensión, Tercer grado,La verdad de las cosas, Buenas tardes, España en directo, Todo es posible en domingo, Revistero o Gente del sábado, ya en 1977.

Trabajó como corresponsal de TVE en México y a la vuelta a España presentó Buenas noticias hasta que en 1979 inició su segunda etapa en ABC hasta 1984, un periodo en el que estuvo además en Radio Popular. Ya en agosto de 1984 fue contratado por Hola como jefe de redacción y cuatro años después pasó de nuevo a ABC hasta 1990 como enviado especial por Latinoamérica. Volvió a Hola y también a la televisión para trabajar en distintos programas de Antena 3, algunos de ellos de investigación y otros, como La mañana de Rosa (1999), de Rosa Villacastín, quien ayer en Twitter decía de él que era “un maestro y un hombre culto, amigo de sus amigos”. En esos años de televisión y posteriores colaboró además con RNE, Onda Cero, ABC y Canal Sur y Telemadrid.

Su vida en el periodismo refleja esta intensa actividad, que además complementó con una veintena de libros, algunos de recopilación de artículos y otros sobre personajes de la vida social, los toros o la cultura como Oro y barro de El Cordobés (1964), Cayetana, duquesa de Alba (1972), Julio Iglesias: entre el cielo y el infierno (1981), las memorias oficiales de Lola Flores A carne viva (1990), Ortega Cano: traje de luces, traje de cruces (2007) o El día que mataron a Manolete (2009).