- Camino de ida y vuelta. La pandemia marca pero no impide. Es verdad que el Dazz, poco a poco, ha ido recuperando desde el año pasado parte de la programación en su sede de la calle Cuchillería. Pero el covid implica reducir mucho los aforos, ofrecer dobles sesiones y espaciar en el tiempo los conciertos. Aún así, el espacio no solo no se rinde, sino que mantiene fuerte el pulso de una de sus citas importantes dentro del calendario, la celebración del ciclo Dazz Jazz. Hoy arranca la sexta edición y lo hace, por segundo año consecutivo, emigrando fuera del Casco Viejo para llegar a más público frente a los límites que implican las actuales restricciones. Esta vez es el Conservatorio Jesús Guridi el que acoge la iniciativa. Hasta el jueves, la música no para.
El traslado supone ganar butacas. Es más, el ambiente de club se va a hacer presente con espectadores en el propio escenario, que también se va a decorar para la ocasión. No es como estar en el Dazz pero casi. Es lo que se pretende, por lo menos. Las entradas sueltas y los abonos están a la venta a través de la web musikaze.net, aunque tampoco hay que dormirse en los laureles porque no quedan muchos huecos disponibles, sobre todo para alguna de las citas. Hay ganas de música en directo, de eso no hay duda. Todas las actuaciones comenzarán a las 20.00 horas.
El programa se abrirá hoy de la mano del maestro Jorge Pardo, que ya sabe lo que es tocar en el Jesús Guridi, aunque en esta ocasión acudirá acompañado por Badolero a la percusión y Melón Jiménez a la guitarra. Será una nueva oportunidad de encontrarse con el referencial saxofonista, flautista y compositor dentro de este Trance Trio. En este sonoro menú no hay aperitivos, se empieza con los platos fuertes desde el arranque.
Justo 24 horas después tomará el relevo el pianista Alfredo Rodríguez, que acudirá a la capital alavesa con dos viejos conocidos del escenario del Dazz como Yael Hernández (bajo) y Michael Olivera (batería). Además, Rodríguez aprovechará la ocasión para ofrecer una clase magistral, un aporte pedagógico que se repetirá este año con Roberto Pacheco. "Traemos un poco de alegría en un tiempo tan crucial como éste", decía el músico hace unos días en este periódico.
También volverá a Vitoria, el miércoles 7, una Andrea Motis que hace ya tiempo que dejó de ser una joven promesa para ser una realidad consolidada. Su trompeta y su voz estarán acompañadas en el conservatorio por Joan Chamorro (contrabajo), Josep Traver (guitarra) y Christoph Mallinger (violín), nombres habituales en el camino de una intérprete que visitó por última vez la capital alavesa en 2014.
El broche se pondrá el 8 con Sacatubón, proyecto liderado por un Roberto Pacheco que también estuvo hace un año en el Dazz Jazz, además protagonizando la última sesión, eso sí, en un formato bien distinto. Ahora, el trombonista acude con una agrupación donde su instrumento es protagonista gracias a Roberto Bazán, Paco Soler, Pablo Martínez y Tony Molina, acompañados por Satxa Soriatzu (piano), Miguel Sempere (bajo) y Juanma Urritza (batería). Y el intérprete anuncia sorpresas para Gasteiz.