- En principio solo iba a ser el concierto de la tarde. Pero las entradas duraron un suspiro en cuanto se pusieron a la venta. Así que se programó otro al mediodía y los pases casi desaparecieron a la misma velocidad. De hecho, solo quedan algunos sitios libres en la segunda grada que lo más seguro es que se terminen por vender. Así que mejor no dejar los planes para el último momento. Tanto a la hora del vermú como de la merienda, en el Iradier Arena estarán esperando unos Gatibu que no necesitan presentaciones. Dos décadas de camino lo dicen todo.

De su mano, la plaza cierra un mayo en el que el espacio gestionado estos meses por la asociación Kulturza Bizia ha podido ponerse en marcha tras muchos meses de trabajo en la sombra. Hasta septiembre, el Iradier quiere ser un punto de referencia para la cultura en vivo asentado sobre dos bases fundamentales. Por un lado, la seguridad y el cumplimiento de las medidas sanitarias que reclama la evolución de la pandemia. Por otro, el trabajo entre agentes culturales locales para poder servirse del coso y así ir más allá de las limitaciones de aforos que sufren en sus respectivas sedes, sobre todo salas de conciertos.

El covid todo lo marca. Para Gatibu también. El año pasado, Alex Sardui, Haimar Arejita, Gaizka Salazar y Mikel Caballero tenían que haber celebrado por todo lo alto sus 20 años de rock, de directos, de disfrute y de tantas y tantas vivencias sobre y bajo los escenarios. Un cumpleaños que, como todo lo demás, quedó en un limbo un tanto extraño. No es que ahora la situación sea la ideal, pero por lo menos, la formación está pudiendo reencontrarse con el público y mirar hacia atrás para seguir pensando en lo que vendrá.

En todos y cada uno de sus pasos por Gasteiz, y en esto ha dado igual el escenario, Gatibu siempre ha dejado el listón en lo más alto. No hay duda de que ahora el contexto marca, pero a buen seguro, tanto la cita de las 13.15 como la de las 18.15 horas van a ser un regalo tanto para los músicos como para los espectadores del Iradier.