on un pie en este curso y otro en el próximo. La Escuela de Artes y Oficios no descansa y por eso mira ya a lo que sucederá en sus aulas en el ejercicio 2021-2022. Es de esperar que sea un curso académico cada vez más alejado del covid y de las consecuencias que se derivan de su presencia, aunque la experiencia vivida en el centro desde el pasado septiembre es la más clara demostración de que los protocolos diseñados y aplicados han dado sus frutos, y que se puede llevar a cabo la actividad formativa y cultural incluso en el actual escenario. Profesorado, alumnado y personal no docente han estado más que a la altura de las circunstancias. Y desde esa base se mira a lo que vendrá.

De momento, hasta el 8 de junio está abierto el proceso de matriculación de los alumnos que ya forman parte de la escuela. Se puede hacer vía online, a través de www.escueladeartes.org, y de manera presencial (en este caso, hay un calendario para los distintos talleres). Para el nuevo alumnado, la matrícula, siguiendo los dos mismos caminos mencionados, se podrá tramitar del 14 de junio al 9 de julio.

En paralelo a este proceso, Artes y Oficios mantiene su recuperado programa de muestras, que afronta ahora la penúltima propuesta antes del periodo vacacional. Esta vez son los 30 artistas pertenecientes al taller de Proyectos de Pintura quienes toman el protagonismo a través de las 45 obras que, de forma literal, se han adueñado de los tres espacios expositivos de la escuela. Como viene sucediendo estos meses, las piezas pueden ser vistas de manera presencial por los más de 900 alumnos del centro, ya que son las únicas personas que pueden acceder al edificio de la plaza Conde de Peñaflorida. Para el resto, habrá hasta el día 27 una ventana abierta a través de Internet.

A pesar de este condicionante, varios de los artistas participantes señalan las ganas y el disfrute con el que han afrontado el reto planteado por la artista y profesora Carmen Lecanda. "La idea de esta exposición pasa por mostrar la expresión propia de cada persona a través de una abstracción". Desde la personalidad y el estilo de cada uno, desde el bagaje de lo aprendido y de lo que siempre queda por descubrir, desde la exigencia propia que va más allá de la obligación impuesta, desde la libertad para expresar, se construye un recorrido en el que "hay mucho trabajo invertido", en el que se juega con las texturas, los volúmenes, los formatos y las dimensiones.

Como en ocasiones anteriores, el alumnado ha sido protagonista de la creación pero también del montaje, un proceso que "nos ha unido todavía más", explica Lecanda, quien muestra su confianza de que el próximo curso la exposición pueda ser vista por más personas de las que ahora pueden acceder a la propuesta por las restricciones.

De momento, hasta el día 27 permanecerá abierta esta producción colectiva construida en unas aulas que van camino de cerrar un curso complicado a causa del covid. "Todo el protocolo que la escuela nos enseñó al principio se ha cumplido. Y hemos tenido siempre mucho cuidado. No ha habido miedo". Arte y precaución. La pandemia no puede con ello.