Finales de la década de los 50 del siglo pasado en el Hotel Ritz de Boston. Por las tardes, en los descansos del taller literario al que estaban asistiendo, Sylvia Plath y Anne Sexton se conocieron. Entre copas, se contaron muchas confidencias. Pero fue solo una semana. Después cada una siguió su camino. Son esas jornadas las que han servido de chispa para crear el recital con el que Pilar Corcuera y Ángela Serna van a protagonizar este viernes en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa la última Cita con la Poesía del presente curso. Eso sí, las 76 invitaciones que permite la pandemia van a estar disponibles desde hoy y lo más seguro es que, como ha sucedido en los siete encuentros anteriores, los pases vuelen en un suspiro.

De hecho, Serna, coordinadora del programa, hace un balance “tremendamente positivo” de lo acontecido desde el pasado otoño, cuando ni siquiera estaba claro qué se iba a poder hacer y qué no a tenor de la evolución entonces del covid. “Si no hubiera sido por el aforo reducido y porque no hemos podido darnos los abrazos habituales y esas cosas, diría que ha sido un ciclo maravilloso”. De las ocho propuestas previstas en un principio, la mitad se ha podido llevar a cabo tal y como estaba diseñado. Con el resto sí que ha habido que cambiar de planes a tenor de las restricciones de cada momento. “Pero eso nos ha dado la posibilidad de, por un lado, volver a disfrutar de algunos trabajos muy interesantes que habían pasado muy rápido en su día y de, por otro, encontrarnos con algunas personas nuevas que no habíamos tenido la posibilidad de escuchar nunca”.

Además, la respuesta del público ha sido evidente: ocho llenos. “La gente ha recibido el programa con unas ganas y una necesidad tremendas. Ha sido como un reducto de libertad frente al encierro, al mirar por la venta, al no poder hacer casi nada”, explica Serna, que ya tiene sobre la mesa el diseño de la próxima edición, una propuesta que volverá a activarse en otoño, aunque habrá que ver cómo evoluciona el coronavirus y sus consecuencias, no solo en el plano sanitario.

Pero eso ya llegará. Lo inmediato es lo que va a suceder este viernes desde las 19.30 horas. Serna se convertirá en Sexton, mientras que Corcuera será Plath. “Habrá momentos de diálogo y también de recitación” en un reencuentro entre las dos autoras norteamericanas, aunque esos días en Boston, en el resultado final de este recita, tienen una presencia casi testimonial.

“Son dos poetas que están marcadas por la tragedia de haber puesto fin a sus vidas pero también porque vivieron dentro de una gran contradicción. En sus familias, tan adineradas, se les había preparado para ser madres, esposas y mujeres decorosas, pero eso se les puso en contra. Se atrevieron a expresarse desde su yo y a abordar temas que eran tabú en ese momento. Hablaban de la sexualidad, de los problemas de la maternidad, de la menstruación, del aborto, de la muerte y del suicidio. Eso hizo de ellas dos mujeres muy especiales”. Y eso que eran personas distintas, una más correcta y educada, otra más espontánea y visceral. Aún así, “sus vidas están jalonadas de coincidencias”, también en lo que respecta, a pesar de todo, al reconocimiento a sus respectivas trayectorias creativas.

“Hicieron de su poesía ese universo en el que hablar de sus carencias, necesidades y de lo que pasaba por ellas. Son dos mujeres impresionantes” que, eso sí, encontraron en su vida personal un muro alto y fuerte. En el caso de Sexton, en 1954 se le diagnosticó depresión postparto, sufrió su primer colapso nervioso, y fue admitida en el hospital Westwood Lodge. En 1955, después del nacimiento de su segunda hija, sufrió otra crisis y fue hospitalizada de nuevo. Ese mismo año, coincidiendo con su cumpleaños, intentó suicidarse. Plath, educada para el éxito, también vivió la depresión de cerca, engañada por su marido y superada por Nueva York. Ya desde joven estuvo en tratamiento psiquiátrico, sobre todo tras alguna tentativa de suicidio. “Desde crías ya estaban marcadas pero la maternidad y el matrimonio, y eso les pesó como una losa. Sin embargo fueron valientes. Supieron ver lo que la sociedad les pedía que fuesen y lo que ellas querían ser”.

El Coloso o Vivir o morir son algunos de los títulos que podrían definir a las dos, aunque sus respectivos universos requieren de bastante más atención que unas pocas líneas en una página de periódico. Por eso, este broche de Cita con la Poesía tiene un peso específico, el de adentrarse en dos mujeres y creadoras que, como sucedió en 1959, ahora vuelven a reencontrarse.

Desde hoy, las 76 invitaciones disponibles para asistir a recital se pueden retirar en la Casa de Cultura Ignacio Aldeoca

Con un balance “tremendamente positivo” a pesar de las circunstancias, el programa se despide hasta el próximo otoño