Aunque la pandemia impidió el año pasado celebrar la efeméride como se merece, en 2020 el grupo de teatro alavés Panta Rhei y el Ayuntamiento de Zigoitia cumplieron diez años de trabajo conjunto en el desarrollo de un programa cultural en la zona rural que se ha convertido en referencial, BideArt. Una apuesta que se puso en marcha trabajando sobre todo con pequeños, jóvenes y adultos pero que, poco después de su nacimiento, creó también un apartado específico para las personas más mayores del municipio, un laboratorio escénico que arrancó con una quincena de mujeres y hombres de entre 75 y 96 años. "Es algo único y referente en Euskadi", apunta Idoia Ayestarán, cofundadora de la compañía junto a Emilio Fernández de Pinedo.
El "viaje emocional" sigue incluso a pesar de la pandemia. "Ahora estamos recogiendo los frutos", de una labor que "es muy divertida pero sin perder de vista la carga de profundidad humana que implica". Aunque sea imposible resumir todo lo que supone, dentro de los actos del décimo aniversario de BideArt este lunes 26 se va a proceder al estreno del documental Palabras de vida, una película que sirve de memoria viva alimentándose tanto de las huellas audiovisuales grabadas estos años en diferentes actos y actuaciones como de los propios testimonios de los participantes, grabados en los últimos meses. "Van dando su opinión y ponen palabras a lo que ha sido su vida, su desarrollo", todo ello relatado "de forma muy dinámica".
Por la pandemia, solo 52 personas podrán asistir al estreno, una cita pensada, de manera fundamental, para las familias, pero la intención de Panta Rhei es poder hacer más sesiones y llevarlo por distintos puntos de dentro y fuera de Álava con la idea de dar a conocer el proyecto. "Hemos llegado a contar con una señora que estuvo con nosotros hasta los 99 años y que llegó a cumplir 102. El documental es eso, es memoria, es la historia de unas gentes que han tenido la oportunidad de hacer un cambio en su vida. En este periodo han tomado contacto con las herramientas artísticas y escénicas. Cuántas veces les hemos escuchado decir: ¿quién nos iba a decir a nosotros que íbamos a hacer esto? Gente que ha estado en la tierra, labradores, ganaderos, gente muy humilde, y gente con una sabiduría impresionante. Y a través de este laboratorio se han empoderado, han tomado presencia en la comunidad. Han dado mucho sentido a BideArt y a nosotros, emocionalmente, nos lo han regalado todo".
Hitagu Mayores, que es como se denomina el laboratorio, nación con la idea de generar un espacio arteterapéutico, aunque la vivencia colectiva se ha ido transformando según las necesidades del propio grupo, capacidades y disposiciones tanto físicas, cognitivas como emocionales. "Una década nos ha permitido trabajar textos teatrales, grabar documentales sobre el papel de la mujer rural en Álava, escenificar cuentos, leer pregones de fiestas, realizar encuentros y talleres intergeneracionales de verano junto a niñas y niños del taller Hitagu Udan, así como otras acciones relacionadas con el juego dramático y las artes en general utilizadas como herramientas arteterapéuticas". Además, "hoy, con un nuevo presente, consideramos al laboratorio como una herramienta de salud y expresión, en tiempos en los que la distancia de prevención se convierte en distanciamiento social y más para ellos como individuos vulnerables en este duro engranaje social".