La cita es este miércoles a las 18.00 horas en Vital Fundazioa Kulturunea (Dendaraba). La Real Sociedad Bascongada de Amigos del País formaliza la entrada en la entidad del director, guionista e historiador de cine Kepa Sojo con una conferencia sobre el maestro Luis García Berlanga, con quien el realizador alavés compartió tantas horas y a quien dedicó su tesis doctoral, dos libros (Americanos os recibimos con alegría. Una aproximación a Bienvenido Mister Marshall y El verdugo. Guía para ver y analizar) y decenas de publicaciones e investigaciones, un camino que sigue abierto. No en vano, en este 2021 se cumple el primer centenario del nacimiento del creador valenciano, y el también profesor de la Universidad del País Vasco tiene por delante meses de conferencias, congresos y cursos de verano, a lo que habrá que sumar la salida de tres publicaciones en las que ha participado. "Es una pena que la situación que estamos viviendo desluzca un poco todo lo que se ha preparado, pero bueno, es lo que hay".

La huella de Berlanga en Sojo siempre ha estado patente. También en sus cortometrajes y películas. Ni quiere ni puede ocultarlo. Además, los dos realizadores se conocieron en 1992, estableciendo una larga relación personal y profesional. "La primera vez que nos conocimos, en el Círculo de Bellas Artes había un curso en torno a él, que además tenía una segunda parte, el rodaje de un corto bajo su supervisión. Ahí fue cuando descubrí que quería hacer cine. Nunca había estado en un rodaje y me gustó tanto la experiencia, que dije: ¡pues yo también!". Cinco años después llegó Cien maneras de hacer el pollo al txilindrón, que tomaba como referencia la película Los jueves, milagro. "A mis alumnos les suelo decir sobre aquello que hice un taller de cine con Berlanga, que fue como hacer un curso de pintura con Velázquez o Picasso".

Lo cierto es que en 1993, el director de cine valenciano invitó al creador alavés a la grabación de Todos a la cárcel ("sus rodajes eran caóticos, pero ordenados") y a partir de ahí la relación fue cada vez más estrecha. "Me abrió su casa, que era un lugar por donde pasaba gente como Trueba y Gutiérrez Aragón, y su archivo para poder investigar". Es más, en una ocasión Sojo accedió, como otras veces, a la zona donde estaba buena parte de la documentación que guardaba Berlanga "y allí estuve de las nueve de la mañana a las siete de la tarde, sin que nadie se acordarse de mí; cuando salí, me vio y me dijo: ¿pero estabas aquí? ¿quieres un bocata?".

Las anécdotas se agolpan. Seguro que en la charla de este miércoles se contarán unas cuantas. "En la relación personal era impresionante, alguien muy campechano. Era alguien que te abría su casa, te enseñaba el jardín, la piscina y te decía: tengo un bañador por si te apetece darte un baño. Era muy normal y te chocaba ver que un genio de esas características fuera un tío tan humano", alguien que incluso cuando quedaba con Sojo en alguna cafetería "notabas que estaba todo el rato fijándose en la gente, buscando ideas, inventando vidas".

De ello hablará en la charla, así como de esa gran virtud que tiene la filmografía de Berlanga como testigo cinematográfico de la historia de España en la segunda mitad del siglo XX. "Menos La vaquilla, Novio a la vista y por poco La escopeta nacional, el resto de sus títulos están ambientados justo en el momento histórico en el que se rodaron", películas, unas y otras, que son una clara demostración de que el director era un visionario, puesto que muchos comportamientos retratados por él están hoy de una actualidad pasmosa. Por algo, hasta la Real Academia de la Lengua reconoce el término berlanguiano. "Él era seguir la tradición de Valle Inclán, Cervantes, Lope de Vega..., es decir, del esperpento, de la picaresca pero actualizando la mirada a la segunda mitad del siglo XX". No en vano, cuántas veces se ha dicho que con un suceso determinado, Berlanga se hubiera hecho una gran película.

"La única pena para mí es que aquí es muy conocido, pero fuera no. Todo el mundo conoce a Buñuel, Almodóvar, Saura, Amenábar... pero no a Berlanga" se lamenta Sojo, sin saber muy bien la razón por la que esto sucede, máxime teniendo en cuenta que él mismo ha ofrecido charlas y proyecciones en países como Polonia, Italia, Siria, Jordania... "y la gente siempre ha alucinado con su cine", describe el realizador, que apunta que "El verdugo es mi película favorita pero no de Berlanga, sino del cine mundial en general. Me la sé de memoria. Pongo imágenes en conferencias o en clase y me sigo emocionando. Y con Bienvenido, Mister Marshall, también me pasa. No sé las veces que las he visto. Y siempre me encuentro con detalles en los que no había profundizado". Huellas del valenciano que, por supuesto, se dejan sentir en la filmografía del alavés.

"Para mí, una de las grandes penas es que aquí Berlanga es muy conocido, pero fuera no"

"Estaba en una cafetería y le veías todo el rato fijándose en la gente, buscando ideas"

Director de cine