Justo cuando solo les faltaba grabar las voces de los dos temas con los que querían sacar una demo para promocionar su música llegó el confinamiento. La pandemia también se llevó por delante los conciertos que tenían previstos. Por ello, se presentaron a Gazte Talent, para intentar llegar a la final y, por lo menos, poder dar una actuación en este 2020 tan extraño, aunque ni siquiera cuando consiguieron ser seleccionados tenían claro que la cita pudiera llevarse a cabo.
Tal vez por eso, cuando el 4 de diciembre se subieron a las tablas de la sala Jimmy Jazz estiraron un poco la media hora que tenían. "Es que después de diez meses sin un concierto, es normal", ríen los componentes del grupo gasteiztarra Memphis.
Poco después, el primero que se enteró fue Kinko. A Javi, Mikel y Eneko les mandó un whatsapp con la noticia aunque no se lo creyeron mucho al principio. Eso sí, "nos empezó a felicitar gente y, claro, resultó que era verdad". El cuarteto se había hecho con el premio Gazte Talent en la categoría reservada para los músicos de entre 14 y 24 años, aunque más allá del hecho en sí, "de todo esto nos quedamos con la experiencia, con lo que vivimos aquella jornada y con tocar en la Jimmy aunque fuera raro ver a la gente sentada", describen al recordar un día en el que compartieron cartel con X y con unos Maverick Keys con los que vivieron de cerca la experiencia. "Creíamos que iban a ganar ellos", confiesan, aunque al final sus compañeros se hicieron con el accésit a la mejor banda con participación femenina.
"Teníamos ganas de saber cómo íbamos a reaccionar. Al fin y al cabo, no es lo mismo estar en un ensayo en el local que subirte a un escenario", apuntan, y por eso no sorprende su objetivo básico después de ganar el certamen: actuar todo lo que se pueda y más, aunque las circunstancias actuales no sean las mejores para ello.
Con esa idea en mente y con la intención de llevar su música todo lo lejos -también en lo geográfico- que se pueda, la banda está ultimando la publicación de su primer disco, Money Gods. Si todo va bien, para Semana Santa será una realidad tanto en formato digital como físico. En total, once canciones grabadas en los locales gasteiztarras Laklabe darán forma y fondo a un álbum en el que asentar los cimientos del cuarteto.
Rock vintage. Clásico. Añejo. De raíz pero donde también puede aparecer algo de folk o de punk. Junto a ellos aparecen diferentes caminos para acercarse a esa manía periodística de etiquetar todo y, por supuesto, a los músicos y lo que hacen. Pero más allá de eso, la intención de los cuatro pasa por dos ideas fundamentales. Por un lado, que "si nos escucha alguien de Vitoria, por ejemplo, se pregunte de dónde somos, que le parezca que lo que hacemos no puede ser de aquí, como nos puede pasar a nosotros cuando estamos con temas de los Red Iron Squad o los propios Maverick". Por otro, que "la gente no sepa de qué época somos porque somos de buen sonido y esencia vieja".
En todo caso, los cuatro, que incluso ya tienen en mente composiciones para un segundo álbum, quieren que ese primer disco, esa tarjeta de presentación acompañada por el premio ganado ahora, despeje el camino para tener una agenda de conciertos lo más viva posible teniendo en cuenta la pandemia.
"No solo es por el hecho de tocar, que también, sino por ver las reacciones de la gente que venga", más allá de poder hacer algo de caja para cubrir gastos. "Vivir de esto es muy complicado, pero si por lo menos nos invitan a las drogas estaría bien", ríe Javi, quien junto con Mikel, al que conoce "desde la guardería", formó el grupo en 2016.
En principio, el planteamiento del dúo era armar una propuesta de rock en acústico. "Cuando íbamos a Primaria ya estábamos grabando cosas en cassette. La gente quedaba a jugar en el parque y nosotros nos íbamos a casa para tocar la guitarra y el cajón". Después acabaron en un grupo de metal, pero la idea de formar una banda eléctrica "que sonara a lo que queríamos nosotros" estaba ahí.
Por eso, desde ese primer dúo empezaron a buscar aliados, encontrando a Eneko y Kinko hace poco más de un año. "La verdad es que acoplarlos fue algo muy orgánico y nos hemos amoldado muy bien", una química que ahora se ha reforzado con el premio, aunque esto solo debe ser el inicio de un camino que, a buen seguro, será largo.
Un total de once canciones compondrán un álbum que el cuarteto espera que el público pueda tener entre manos en primavera
Entre otras alegrías, el concierto en la final del concurso les permitió sacarse la espina de las cancelaciones de este año