Getback es uno de los últimos himnos que escribieron The Beatles. Sus dos miembros supervivientes, Paul McCartney y Ringo Starr, regresan a casa, al mercado discográfico en su caso, por Navidad. El primero con McCartney III (Capitol), su álbum del confinamiento, grabado en soledad, mientras que el batería adelanta un EP en el que se rodea de colaboradores como el propio McCartney, Ben Harper, Lenny Kravitz y miembros de Eagles, The Heartbreakers y The Doors. "El disco no estaba previsto", asegura Paul, pero es fruto "del juego" en solitario en el estudio durante el confinamiento.
A sus 78 años y consolidado como uno de los músicos más respetados e influyentes del siglo XX y XXI, a la altura de Dylan, Macca lleva haciendo música seis décadas. A una edad soñada por muchos para disfrutar de un merecido retiro, él acaba de protagonizar otro get back con un nuevo disco, McCartney III, el primero tras el ecléctico Egypt station, con el que tiene más puntos en común que con el fallido y falsamente moderno New, que vio la luz en 2014.
Macca vuelve al clasicismo en McCartney III, un disco desnudo y clasicista, de bellas melodías y arreglos perspicaces que grabó totalmente en solitario y produjo en su estudio de Sussex durante el confinamiento, funcionando como un músico emergente y alternativo, sin los oropeles y medios que se le suponen a su condición de estrella. "Empecé en marzo, al principio del confinamiento. Tenía previsto hacer música para una banda sonora, pero empecé una canción y luego llegó otra", indicó el británico en una conversación virtual con el cómico y actor Chris Rock. "Estuve jugando y en realidad no tenía previsto hacer este disco, pero al acabar tenía una docena de canciones", apostilló.
El cantante, compositor y bajista editó McCartney en 1970, justo tras la separación de The Beatles, y McCartney II cuando disolvió a su grupo posterior, Wings. McCartney III llega en otro momento crucial€ y no solo para Macca, en plena pandemia. El álbum incluye las grabaciones en directo de Paul cantando a la guitarra o al piano, y doblándose al bajo y a la batería sobre esa base. Un método espartano y solitario que reproduce el vídeo dirigido por Roman Coppola sobre la canción Find my way, en el que se utilizaron 46 cámaras para rodarle con cada instrumento y desde todos los ángulos.
Y aparte de lo curioso de su planteamiento y génesis, ¿qué ofrece el álbum? Pues a Macca en estado puro, el que más nos gusta, ese que domina las melodías como pocos y que, a pesar de su edad, se arriesga abriendo con un casi instrumental nada autocomplaciente como Long tailed winter bird. El single Find my way y Seize the day se revelan como las tonadas más pop e inmediatas, en las que Paul le canta a la necesidad de buscar un nuevo camino viviendo y aprovechando el momento antes de "la llegada de los días fríos".
Con una voz ajada, como el vino de barrica y que remite a los discos crepusculares de Johnny Cash y Kris Kristofferson, Paul entrega un disco inabarcable estilísticamente, en el que los pasajes acústicos y nostálgicos de Pretty boys se codean con la rugosidad eléctrica de Lavatory Lil, que remite a Helter skelter, los más de 8 minutos experimentales de Deep deep feeling, con guiño a Massive Attackincluido, baladas al piano como Women and wifes ("mi favorita, las mujeres y esposas dan mucho juego para las canciones") o bellas y delicadas piezas de folk-pop como The kiss of Venus y Winter bird/When winter comes, alimentadas del ozono campestre y acústico de clásicos como Blackbird.
Seize the day es lo más The Beatles de este disco. Y Paul lo reconoce. "Me sonaba demasiado al grupo y llegué a preguntarme si debería seguir ese camino. Al final, me dije que debería hacerlo. Hay que admitirlo, es la forma en que hago canciones y si suena a la banda, voy a dejar que sea así. Let it be", aseguró con ironía en inglés. "A la gente le gustan las canciones tristes", explicó al recordar Yesterday y "los problemas que tenía cuando la compuse". En el otro lado de la balanza recuerda lo feliz que era cuando creó Lady Madonna, AndI love her y Can't by my love. "Voy a vivir cien años, ese es mi objetivo. Si lo logras, recibes un telegrama de la Reina. Bueno, ahora supongo que sería un e-mail".
También el otro Beatle superviviente, Ringo Starr, ha regresado esta Navidad. Lo ha hecho con un single, Here's to the night, compuesto por Diane Warren, perteneciente a un EP de cinco canciones que se titulará Zoom in y que verá la luz en enero. Bienintencionado, el single suena mucho más convencional que lo nuevo de Paul. Here's the nights es una balada AOR que remite a We are the world. Arropado por las voces de Joe Walsh, Corinne Bailey Rae, Eric Burdon, Ben Harper, Robbie Krieger y Lenny Kravitz, entre otros, va "por todas las noches que no recordaremos y los amigos a los que no olvidaremos", a la vez que le sirve para "desear paz y amor a todo el mundo para el 2021".
Además de este single casi navideño, el futuro EP incluye un blues de radiofórmula como Zoom in zoom out, el rock latino de rítmica afro-brasileña Teach me to tango, la tonada reggae Waiting for the tide to turn y un fácil y entrañable himno hippie llamado Not enough live in the world. Todos grabados junto a su banda habitual, que incluye a clásicos como Steve Lukather (Toto) y Benmont Tech (Tom Petty & The Heartbreakers). "Es el tipo de canción que todos queremos cantar, y resulta genial ver cuántos músicos se han unido a ella. Quería que saliera a tiempo para año nuevo porque sienta bien sacar una buena canción al final de un año tan duro", concluye Ringo aludiendo al single.