- No es cuestión ni de ponerse el traje de abuelo Cebolleta ni de caer en el tópico de que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero aquella iniciativa fue otro claro ejemplo de la ebullición cultural y la curiosidad juvenil que predominaba en la capital alavesa de los años 80, un camino que tampoco estaba exento de problemas, contradicciones y alguna que otra metedura de pata. Con el paso del tiempo, la institucionalización, los cambios en las políticas culturales, la transformación de intereses y otras circunstancias terminaron por cerrar el camino, pero eso no puede hacer olvidar que durante varias ediciones, el Festival de Vídeo Musical de Gasteiz fue un punto de referencia dentro y fuera de una Euskadi donde se dieron otras iniciativas similares, unas con más recorrido que otras.

Desde este 2020 que va camino de su final, Artium vuelve la vista atrás para poner el foco en ese pasado, en concreto en las primeras ediciones que transcurrieron entre 1985 y 1990, los años en los que en este marco se presentaron vídeos como Txus (La Polla) de Juan José Narbona, Antes de las guerras (Eskorbuto) de Joaquín Trincado y Ana Murugarren, y Sarri Sarri (Kortatu) de Tipula Beltza, por no hablar del Y si así fuera daría la vida por un solo abrazo, una sonrisa perdida. Nos fundiremos los dos en un cuerpo, sellando ante todos nuestro amor eterno de Francisco Ruiz de Infante y Enrique Uralde. Ese pasado presente se recopila en Ez dakit zer pasatzen den azken aldi honetan, una muestra que no deja de tener su aquel en estos tiempos de Youtube.

La exposición, como explican desde Artium, es producto de un proyecto de investigación sobre las seis primeras ediciones del certamen, un trabajo comisariado por Ane Lekuona, Itziar Gutiérrez e Iñigo Gómez Egiluz dentro del programa Komisario Berriak, que comparten el museo vitoriano, Tabakalera y Azkuna Zentroa junto al Gobierno Vasco.

“En esos primeros años, el certamen generó un espacio donde conocer, a través de mesas redondas y proyecciones en sala, las piezas videográficas que se estaban produciendo en el Estado y en el marco internacional. El éxito del primer año posibilitó una segunda edición que asentaría la apuesta de la escena artística vasca por el vídeo. La intención de acercar las influencias norteamericanas y europeas se potenció a partir de 1987, así como el propósito de establecer contacto con la plataforma televisiva y la formación e industria de la videocreación. La creación del Centro de Investigación y Nuevas Tecnologías (CINT) por el Ayuntamiento de Vitoria y el impulso de la dirección de Manuel Palacio al año siguiente reforzaron la adopción de un lenguaje capaz de absorber nuevos modos de hacer y la continuidad de un proyecto que perduraría en la década de 1990”, recuerdan desde el espacio.

La muestra acoge la proyección de una docena de vídeos musicales de entre los que se presentaron a concurso en la segunda mitad de la década de los 80. Reúne además una amplia selección de documentación relacionada con el evento: catálogos, fotografías y artículos de prensa, entre otros ejemplares. También se presentan los carteles anunciadores, realizados por los artistas Mintxo Cemillán, Carlos Marcote, Fernando Illana, Javier Hernández Landazabal y Juan Carlos Eguillor. Ocupa un lugar destacado también un conjunto fotográfico del archivo de la periodista y fotógrafa Marivi Ibarrola. Un vídeo promocional y una serie de grabaciones de conciertos al aire libre de los 80 realizadas por el músico y periodista Pedro Espinosa completan la muestra.