- Para escribir Mariquita Juan Naranjo tuvo que abrirse “en canal” porque de no hacerlo este libro habría sido uno más, y no lo que es realmente: un ejercicio de sinceridad y generosidad absoluta con final feliz en el que cuenta “con detalle y sin pelos en la lengua” lo que ha sufrido por ser homosexual.
Y lo ha hecho a través de palabras y dibujos en acuarela que se van dando paso, se entrelazan y se superponen creando este universo Mariquita, publicado por Roca editorial, donde su protagonista es de carne y hueso, y si le pinchan, sangra. Por eso, pasear por estas páginas se convierte en un acto de obligatoriedad para tener un mundo donde la diversidad deje de ser una palabra reivindicada por muchos.
“Me he abierto en canal, esa era mi intención. Por eso Mariquita ha sido contar mi historia con detalles, sin pelos en la lengua y el objetivo ha sido soltar lastre, ponerme delante de un espejo, recordar lo que he vivido, y sobre todo plasmar en un papel lo que yo he vivido para que estas dificultades no caigan en el olvido, que no se nos olvide lo que se nos ha hecho pasar”, cuenta a Efe Naranjo, conocido en las redes sociales como JuanitoLibritos.
Amante del dibujo desde niño, como así lo demuestran sus diarios, este malagueño (1983) llevaba muchos años rumiando contar su historia, una vida que arranca en un barrio de Málaga y con un padre que intentó por todos los medios borrarle su identidad intentando cambiar sus gustos por los juguetes o los juegos. Porque a Naranjo le gustaban los Pequeños Pony de su prima en vez de los balones, algo que no solo su padre, sino gran parte de su entorno, no comprendía.
Aunque Mariquita, porque así lo ha querido su autor, te deja “un buen sabor de boca” porque él tiene sentido del humor, como así lo va a ver el lector cuando pase por sus tres etapas vitales: los años del colegio, los del instituto y los de la universidad. Con la obra ya en las librerías, Naranjo reitera que la homofobia sigue siendo un problema en nuestros días y por eso aboga por “visibilizar” que aún tienen que “salir del armario todos los días”.