- El pintor valenciano Juan Genovés falleció durante la madrugada del jueves al viernes 15 de mayo de muerte natural, según informó la galería Marlborough. El artista fue el autor de El abrazo, que sirvió de imagen en un cartel para Amnistía Internacional y que fue muy popular durante la Transición española. Genovés, que trabajó hasta sus últimos días como pintor y artista gráfico, murió en un hospital madrileño por causas naturales. En quince días cumplía 90 años.

Pocos autores de su generación han disfrutado de la fama internacional que tuvo, pero él nunca quiso abandonar España. El artista de multitudes, uno de los grandes autores realistas del siglo XX, residía en Madrid y estaba casado con la pintora Adela Parrondo, con quien tuvo tres hijos. Pintor, dibujante y grabador, fue un pintor marcado por las multitudes, primero de manifestantes en lucha o huida y luego de las vistas aéreas de transeúntes que hablaban de la vida en sociedad: “El motor de mi vida ha sido el miedo, la resistencia al miedo a una autoridad que te podía quitar de en medio”, solía decir. La pintura surgió en él desde muy niño, cuando él y su hermano trabajaban sirviendo carbón a domicilio del negocio familiar en su Valencia natal, y se hizo popular en el barrio por sus dibujos con carbón en las paredes. Luego llegarían las clases nocturnas y el ingreso en la Escuela de Bellas Artes de Valencia. Tras una temporada trabajando en Madrid pintando maniquíes de escaparate, empezó su carrera artística en 1964.

Su obra está caracterizada por el realismo social, con elementos del pop-art, la foto-pintura y la pintura de testimonio que algunos expertos aproximan al arte goyesco. En la última época, dio un giro hacia la investigación del movimiento estático en la pintura, y la presencia de figuras humanas se convirtieron en la excusa para hablar del problema de la pintura y el ritmo visual. Militó en el Partido Comunista, su obra siempre tuvo un perfil político y será recordado por la gran mayoría por El abrazo, una obra que primero fue cartel que apareció por las calles de toda España. Fue la Junta Democrática en la clandestinidad la que le encargó la confección de un cartel que sirviera para reivindicar la amnistía de todos los presos políticos. La obra fue requisada y Genovés estuvo cinco días detenido e incomunicado en 1976.

Ese trabajo, que representa unas figuras de espaldas, abrazándose, como símbolo de la reconciliación de las dos Españas, se plasmaría luego en el famoso cuadro El abrazo, que ahora está en el Congreso de los Diputados y que le vino a la mente viendo a unos niños abrazarse a la salida del colegio. “Los que luchamos en la resistencia teníamos una idea fija, la reconciliación de los españoles”, dijo cuando el cuadro fue depositado en la Cámara Baja en 2016. “Yo lo pinté pero no me pertenece, pertenece a toda la gente que lo hizo suyo por medio de ese cartel”, señaló. Cuando salió de la cárcel en 1976, se encontró con que su galería lo había vendido a un coleccionista extranjero y el Gobierno de Adolfo Suárez tuvo que hacer gestiones para recuperarlo. El cuadro se instaló en el Museo Español de Arte Contemporáneo antes de pasar, en 1988, al Reina Sofía, en cuyos almacenes, saliendo puntualmente para exposiciones temporales. La imagen se convirtió en escultura en 2002, en la plaza de Antón Martín, para recordar el asesinato de los abogados laboralistas asesinados en 1977.

A partir de los 80, el artista comenzó a dedicarse cada vez más a su arte y a la lucha por la paz. En esa época sus lienzos recogían imágenes de ciudades desoladas, inquietantes, postindustriales y deshumanizadas. Su compromiso político ha ido más allá del lienzo y ha participado en movimientos y manifestaciones proderechos humanos, como la Plataforma Cultura Contra la Guerra (de EEUU en Irak). En 1988 intervino en la exposición Homenaje a las víctimas del franquismo, fue uno de los firmantes del manifiesto contra el campo de tiro de Anchuras (Ciudad Real) en 1989; participó con una veintena de artistas en la ilustración del libro Por un mundo sin ejecuciones (1990) y en 1994 integró la ejecutiva del comité español del Acnur.

Exposiciones y premios se han repetido a lo largo de su carrera, tanto dentro como fuera de España, su obra se encuentra en importantes colecciones de Estados Unidos y Europa. Su última exposición fue La unidad dividida por cero, en Avilés, en el Centro Niemeyer, donde exponía por primera vez junto a sus tres hijos, Pablo, Ana y Silvia, todos artistas.

Marlborough El primer artista español que fichó la Galería Marlborough, que tuvo en su nómina a artistas como Freud o Bacon, fue a Juan Genovés, artista “íntegro, generoso y vitalista”, que “irradiaba luz cuando entraba en una sala”, explicó ayer la galerista Belén Herrera. La muerte le pilló preparando su próxima exposición, que iba a inaugurarse este año en Madrid y luego viajar a las sedes en Nueva York y Londres y que Marlborough mantendrá.

IVAM. El Institut Valencià d’Art Modern recordó ayer que, “con la creencia en el poder transformador del arte”, Genovés formó parte de colectivos de posguerra como Los Siete (1949), Grupo Parpalló (1956) y Hondo (1960). Este espacio le dedicó una retrospectiva en 1992.

UV. La Universitat de València (UV) lamentó la muerte de Genovés, “uno de los artistas valencianos más internacionales” y que estaba “muy unido” a la institución académica. De hecho, este año el Centre Cultural La Nau de la Universitat tiene previsto inaugurar una exposición, en la que se presentará uno de los últimos retratos que le hicieron, concretamente el fotógrafo Ricardo Martín, para la exposición Las Caras del Tiempo.