El autor de El fuego invisible -novela ganadora del premio Planeta de 2017- entre otras muchas obras, es también el narrador y presentador de Otros mundos, programa que es una fusión de géneros donde el espectador puede encontrar ficción, historia, misterio, escapadas diferentes y ciencia ficción, en el que el literato turolense repasa su propia biografía al tiempo que revisita algunos de los grandes misterios de la Humanidad. Si la primera temporada fue un éxito, esta ha roto todas las expectativas. Sierra dice que la situación de confinamiento ha hecho que la gente busque el entretenimiento de una forma más feroz, y ahí su propuesta ha encajado al dedillo. La llegada del estado de alarma le pilló grabando secuencias del último episodio y ahora le toca reposar en familia y retomar proyectos literarios que habían quedado aparcados por falta de tiempo. Entre ellos, un nuevo libro y repensar cómo abordará una nueva tanda de entregas en un planeta que ahora mismo se enfrenta a profundos cambios de orden social, político y económico.

Segunda temporada de Otros mundos

Es cierto que ha ido fenomenal, pero también supongo que es por las circunstancias en las que estamos. El consumo de televisión se ha disparado, o más bien se ha multiplicado exponencialmente, y se ha visto la necesidad del espectador de buscar entretenimiento en series, bien sean documentales o de ficción. Muchos de ellos han encontrado en Otros mundos una manera de contar historias de forma diferente.

¿Cuáles son las herramientas principales de su programa?

Utilizando elementos de la ficción contamos hechos de no ficción, hechos reales. Es un híbrido que ha tenido mucha aceptación entre los espectadores. En estos momentos es de los lanzamientos que mejores resultados están dando en la plataforma.

¿Habrá tercera temporada?

Fíjate en cómo está el mundo y en cómo estamos nosotros, así que es imposible saber qué es lo que va a pasar en un plazo corto. Por lo tanto es necesario hacer un parón y repensarlo todo. Por ejemplo, no sabemos cómo va a ser el escenario internacional en los próximos meses. Esta espera puede demorarse incluso más de un año.

¿Piensa que los viajes van a estar limitados?

Es más que posible, y por lo tanto, la proyección internacional que ahora mismo tiene la serie habrá que reestudiarla.

¿Es posible hacer Otros mundos

Por supuesto que sí. Quizá sea mejor mirar a nuestros misterios más cercanos y hacer algo vinculado al entorno de la península ibérica. Es lo que está sobre la mesa, en lo que estamos pensando y lo que estamos considerando. Sí creo que habrá una continuación, porque el proyecto ha tenido el aplauso del público y se nos está pidiendo más.

Va a tener que estar usted una temporada sin hacer su viaje de cabecera: Egipto.

Probablemente, pero igual que de Egipto voy a prescindir de otros lugares. Llevo unos años de muchísima actividad, con mucho viaje y mucho movimiento, así que no me viene mal este confinamiento, y lo digo a nivel personal, porque no deja de ser una tragedia en todos los sentidos.

Es como si el mundo se hubiera parado de repente.

Ha caído el ritmo frenético que llevábamos en todos los órdenes de nuestras vidas, aunque para mí está siendo como un pequeño bálsamo. Puedo leer, puedo retomar proyectos que no había podido desarrollar y, sobre todo, puedo dedicarme a escribir.

¿Lo tenía olvidado?

Nunca he dejado de escribir, pero últimamente no lo he hecho en el estilo que me define. Creo que lo que me define es mi trabajo como narrador. Mi vida es imaginar escenarios y crear historias. Esto es algo que no podía hacer estando todo el día en danza. Ahora estoy en casa, tengo la cabeza hirviendo de ideas y quiero contar muchas cosas.

¿Puede adelantar de qué va a ir su próximo libro?

Tengo un momento de big bang en el que hay muchas historias sobre la mesa. Hay un proyecto de novela de autoficción, muy en la línea de Otros mundos, contando hechos que me marcaron en la infancia y que me hicieron tener la visión del mundo de la que ahora se nutre mi creación literaria. También tengo en mente un par de ensayos sobre enigmas científicos y una reflexión sobre el momento que estamos viviendo.

¿Cómo enfoca esa reflexión?

Mirando a los cambios que puede sufrir la humanidad con una pandemia como la del coronavirus en los tiempos de la globalización. Ver si nos puede cambiar como especie. Como se puede ver, tengo muchas ideas y veremos por dónde fluye lo que tengo entre manos.

Habla de cambios, ¿no cree posible que se olvide todo en cuanto se levante el confinamiento y que quede en una mera anécdota dentro de un año?

No, pienso de verdad que van a cambiar muchas cosas. Todas las pandemias a lo largo de la historia han terminado afectando en positivo€

Pues los analistas y expertos no ven nada positivo en los posibles cambios que se avecinan...

Después del dolor, de pérdidas y de sacrificios, siempre ha surgido una sociedad renovada.

Y diezmada.

También, pero el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación, en lo individual y también en lo colectivo, y ya digo que después de cada pandemia que narra la historia ha salido una sociedad renovada. Si echas la vista atrás en la historia verás momentos muy importantes. Cuando Europa perdió la mitad de su población, 50 millones de personas, durante la peste negra del siglo XIV, se gestó el Renacimiento. La sociedad dejó de ser eminentemente rural y la gente se refugió en las urbes y creó un nuevo modelo social.

¿Puede ser a la inversa?

No sabemos cómo será lo que surja de toda esta historia que estamos viviendo, pero seguro que es algo diferente a lo que hemos vivido en las últimas décadas. El modelo social va a pasar por un nuevo modelo digital. Abuelos que no se habían atrevido a entrar en internet para controlar su cuenta corriente estos días están aprendiendo; gente que dilataba reuniones sine die para tomar una decisión, de repente ha entrado en las plataformas de reunión digital, que se están usando con total fluidez€ Creo que sí va a haber un cambio.

¿Se impondrá el teletrabajo?

Es una de las posibilidades. Va a haber novedades en cuanto modelo productivo, relaciones laborales y otras muchas cosas. Va a costar, porque son cambios que pueden parecer muy drásticos, pero esto es el inicio de una gran revolución. No va a ser un episodio pasajero.

Estamos acostumbrados a eventos masivos, a bares y salas de fiestas abarrotadas.

El ser humano es social y necesita eventos así, lo que no sabemos es en qué medida se van a ver afectados durante un largo periodo de tiempo. Piénsalo: ¿Cómo va a afectar esto al fútbol, que es quizá el fenómeno de masas por excelencia?

Seguro que buscan alguna fórmula.

Eso seguro, pero lo que también está claro es que el fútbol se va a ver afectado durante un largo periodo de tiempo.

Sabrá que diciendo eso va a deprimir a muchos aficionados.

Sí, pero vamos a tener que acercarnos a esa pasión a través de las pantallas. Los estadios van a tener que reinventarse durante el próximo año; después ya veremos, pero durante el próximo año es casi seguro. Todo lo que queda por venir tendrá consecuencias en la importancia social del fútbol, en los fichajes, en la publicidad de ese deporte... Va a ser una revolución y a lo mejor incluso nos aficionamos a otro tipo de ocio.

No estaría nada mal.

Es verdad, y me encantaría que ampliáramos nuestro espectro de inquietudes. Confío, por ejemplo, en que haya un repunte en los índices de lectura.

Podríamos decir aquello de cada loco con su tema.

Ja, ja, ja€ Es cierto, pero lo diría también si no fuera escritor. Ahora tenemos la oportunidad de hacer grandes campañas de fomento de la lectura.

¿Se ha buscado usted excusas para salir de casa?

He salido puntualmente para hacer alguna compra y a por el pan, que lo tengo muy cerca de casa. A mí, el estado de alarma me pilló rodando las últimas escenas del último capítulo de Otros mundos. Fue todo muy justo, y de haber tenido planes posteriores de rodaje hubiéramos tenido que interrumpirlos. Desde el instante en el que el Gobierno decretó el estado de alarma yo he estado confinado con mi familia.

Una experiencia distinta a confinarse una noche entera en la Gran Pirámide, como ya hizo...

Ja, ja, ja€ Muy diferente. Aquel confinamiento fue voluntario y vivido como una experiencia personal, mientras que este es obligatorio y motivado por unas circunstancias muy dramáticas. Yo me siento muy preparado para esta situación y no la llevo tan mal. Si algo necesita un creador es confinamiento, es aislarse del mundo. Por eso estoy seguro de que este periodo va a ser enormemente creativo para las artes y veremos sus consecuencias dentro de un año.

¿Usted cree?

Estoy convencido. Veremos cómo hay compositores, escritores, cineastas, pintores€ todo tipo de artistas, que van a tener un ciclo creativo muy intenso. Nos van a poder dar un poco de alimento filosófico, porque esta es una situación en la que hay que acudir a la filosofía para tener la resistencia que se necesita.

Es usted colaborador habitual de Cuarto milenio

Yo he hablado con Iker (Jiménez) y no dice que se haya terminado, solo que se han tomado una pausa para cumplir con este confinamiento y no poner en riesgo al equipo con las grabaciones en plató, pero él sigue presente a través de su canal de You Tube y solo ha dejado de lado el desarrollo clásico de Cuarto milenio. La idea es volver en cuanto terminen estas restricciones. No se ha acabado, y lo que ocurrirá, conociéndole como le conozco, es que lo va a reinventar.

¿En qué sentido?

Seguro que va a traernos perspectivas diferentes. Cambiar va ser bueno para un programa que lleva quince años ininterrumpidos en emisión.

Imagine el fin de este confinamiento. ¿Qué es lo primero que tiene pensado hacer?

No voy a hacer nada. Voy a esperar a que haya una orden más planetaria. No estamos ahora mismo en situación de atender a los mandatos locales, porque esta enfermedad no conoce fronteras ni administraciones, es un problema universal y por lo tanto creo que hay que prestar más atención a las instrucciones universales que a las locales. Es una cuestión de criterio. Pero yendo a la pregunta, cuando todo termine lo que me gustaría es ir a ver el mar. Me encuentro atrapado en Madrid, donde veo mucho asfalto y mucha tierra alrededor, y me gustaría pasar unos días en el mar para oxigenarme.

¿Hemos de ser conscientes de que muchas costumbres cambiarán y de que no seremos tan cariñosos como antes?

Volveremos a abrazarnos y a ser cariñosos, claro que sí. El ser humano necesita abrazarse y tocarse para vivir. Lo que tendremos que hacer es prepararnos psicológica y socialmente para futuros confinamientos.

No sea agorero, por favor. Aún no hemos terminado este y ya está pensando en otros.

Es que esto no se acaba aquí, no se acaba con lo que estamos viviendo ahora. Es muy probable que nuevas cepas de este o de otros virus se conviertan en algo masivo en los próximos meses o años, y tenemos que estar absolutamente preparados para ello. Aunque volvamos a abrazarnos, que sepamos que esos abrazos pueden volver a ser interrumpidos por un episodio de estas características otra vez.

PERSONAL

Edad: 48 años.

Lugar de nacimiento: Teruel.

Familia: Está casado y tiene dos hijos.

Formación: Es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

Trayectoria: Es un apasionado de los misterios y gran amigo de Iker Jiménez. Se ha dedicado siempre a temas que implican grandes enigmas de la humanidad. Siente fascinación por el mundo de la comunicación y ya con doce años conducía su propio programa de radio. Entre sus últimos libros figuran En busca de la Edad de Oro, La ruta prohibida, La dama azul, El ángel perdido, El maestro del Prado, La pirámide inmortal y El fuego invisible. Es el director de Otros mundos en Movistar+.