bilbao - Una esfera que cambia la percepción de las cosas, un gigantesco mural de líquenes, máquinas que fabrican olas y juegos de colores, una instalación que deja al espectador cegado al recibir intensas luces reflejadas en una espesa niebla... El Guggenheim invita a dejarse llevar y a participar en el universo creativo del artista danés Olafur Eliasson, un creador comprometido, preocupado por la naturaleza, así como por la exploración acerca de aspectos relacionados con la geometría y por la investigación en torno a la percepción y la forma en la que el ser humano moldea el mundo que le rodea.
Además, según indicó el director general del museo, Juan Ignacio Vidarte durante la presentación de la muestra, "la práctica de Eliasson va más allá de la mera creación de obras de arte y exposiciones para incluir intervenciones públicas, proyectos arquitectónicos y activismo donde reflexiona sobre aspectos como el clima o la migración y el espacio público y la arquitectura, entre otros".
Organizada junto con la Tate de Londres, y comisariada por Mark Godfrey y Lucía Agirre, las obras abarcan un periodo creativo del artista que arranca en 1990 y concluye en 2020. "Precisamente, una de las primeras obras es una fotografía que saqué de un glaciar en Islandia, país donde he vivido; y una de las últimas, el mismo glaciar treinta años más tarde, en la que ya se advierte su desaparición", explica el artista. Esta serie de fotografías sirve a Eliasson (Copenhague, 1967) para dar testimonio de los graves efectos del calentamiento global. "Según mi experiencia todos los artistas están reflexionando sobre lo que está pasando hoy en día, y el tema del clima es lo más importante que se cierne sobre el mundo. Yo llevo trabajando 30 años con la percepción de la naturaleza y siempre me ha interesado mucho; para mí es natural implicarme con el medio ambiente. Nos hemos olvidado de que la naturaleza tiene los mismos derechos fundamentales que los seres humanos. Las plantas, el cielo, los océanos... nadie tiene su propiedad pero todos somos copropietarios", asegura este creador escandinavo, en cuyo estudio en Berlín trabajan casi 100 personas.
Para su exposición en Bilbao, ha instalado además en el exterior del museo una cascada de más de once metros de altura, hecha con un andamio y una serie de bombas, para llamar la atención del espectador sobre esa "naturaleza construida" en el contexto de un entorno urbano y fiel a su máxima: "El arte no es el objeto, sino lo que el objeto hace al mundo".
Eliasson diseñó también objetos que contribuyen al desarrollo de comunidades desfavorecidas. Uno de estos es Little Sun, una lámpara portátil de luz LED que se carga con energía solar, y que creó en 2012, en Berlín, pensando en los 1.100 millones de personas que viven en el mundo sin electricidad. Su lanzamiento marcó un antes y un después para millares de personas en el África subsahariana.
La comisaria de la muestra en Bilbao, Lucia Agirre, destacó que las obras de Eliasson invitan al espectador a ser partícipes de ellas, ya que algunas de ellas no cobran vida o sentido hasta que el público no las atraviesa, como es el caso de Tu sombra incierta, (2010) compuesta por una fila de lamparas de cuatro colores que proyectan sobre la pared de enfrente la sombra en colores del espectador que pasa por delante. "Quiero que los espectadores sean coproductores de mis obras", remarcó el propio artista. Patrocinada por Iberdrola, tras su éxito en Londres, la exposición estará abierta en Bilbao hasta el 21 de junio.