madrid - Tiene 17 años y llevaba desde los 11 haciendo cursos de interpretación ante la cámara pero, viviendo en Castellón, para Carmen Arrufat era difícil plantearse acceder al circuito profesional y mucho menos imaginar que pudiera acabar siendo una de las cuatro aspirantes al Goya a la mejor actriz revelación, categoría en la que competirá con la alavesa Ainhoa Santamaría. “A veces sigo sin creérmelo, está a la vuelta de la esquina, el 25 de enero, y no asimilo que vaya a ir a los Goya”, dice la actriz con motivo del estreno, el pasado viernes, de su debut, La inocencia, una ópera prima autobiográfica de la directora catalana Lucía Alemany.

Alemany nació en Tortosa (Tarragona), pero se crio en la localidad castellonense de Traiguera, donde rodaron la película. Buscaban actrices de 16 años que fueran de la zona para contar la historia de una adolescente que sueña con salir del pueblo para convertirse en artista de circo. “Yo estaba en una época en la que quería irme a Valencia a estudiar Bachillerato Artístico, pero no pude, estaba desanimada y no quería presentarme al casting, pero una compañera me animó y envié un vídeo de presentación”, cuenta Arrufat. La directora se enamoró de ella y ella se vio en el papel. “Leía el guion y pensaba que era yo, por la inocencia y las ganas de luchar”, afirma. Otras cosas la separaban mucho de Lis, que tiene que hacer frente a unos padres autoritarios, a los chismorreos del pueblo y a un embarazo no deseado. “Es un tema que no me había planteado nunca”, admite la actriz. “Qué se siente realmente ante una decisión como abortar es muy complicado, no es un proceso simple de me quito el problema de encima, hay mucho más detrás y debería hablarse más de ello”.

También del tema de la comunicación con los padres: “Mi personaje es capaz de plantearse lo que el embarazo supone para ella, pero de lo que tiene miedo es de enfrentarse a sus padres, de contarles lo que pasa y de pedirles ayuda”. Sergi López y Laia Marull, dos actores consagrados, dan vida a esos padres estrictos. “Estoy muy agradecida por la ayuda que me ofrecieron; su presencia en el rodaje me hacía meterme caña, pensando que tenía que estar a su altura, y cuando me bloqueaba siempre estaban ahí, tranquilos y pacientes conmigo”.

La inocencia capta perfectamente la frescura y la distensión de un verano adolescente en el Mediterráneo, pero también ese ambiente opresivo de pueblo, la falta de intimidad y un machismo de gallos de corral. A Arrufat, La inocencia ya le ha abierto las puertas de la industria y se ha trasladado a Madrid para rodar HIT, una nueva serie de TVE ambientada en un instituto. “Daniel Grao hace de profesor y yo formo parte de un grupo de nueve alumnos conflictivos que la liamos un poco bastante en el instituto”, avanza. “Estoy muy contenta”, termina.