Gasteiz - Todo el mundo recuerda a Javier Antón, el hombre de los mil y un personajes en ¡Vaya semanita! Después de haber estado fuera de ETB-2 algún tiempo y de haberse dedicado al mundo del teatro en Madrid, regresa para poner el punto de humor a la actualidad antes de que lleguen los informativos y nos hagan chocar con la dura realidad. Y punto es el programa, y en él participarán también Sergio Arrospide, Leire Orbe y Aitor Gabilondo. La cita: el próximo lunes; la hora: las 19.30, y el lugar: ETB-2.
¿Cómo va a hacer usted el programa ‘Y punto’?
-Seguiremos con la línea de tocar temas de actualidad, mucho más no te puedo contar, ya sabes tú cómo son las cosas en televisión?
¿Secretas?
-Ja, ja, ja? Casi. Este año, este programa es más amplio que lo que fue en anteriores y tiene entidad propia. Durará unos 45 minutos. Así que ya podemos sacar material porque en televisión eso es mucho tiempo y muchas gracias.
¿A quién da las gracias?
-A quien me ha dado la oportunidad de volver a ETB. Vuelvo con muchas ganas, hace un par de semanas conocí a los compañeros y estoy encantado de poder trabajar con ellos.
¿Qué ha estado haciendo en todo este tiempo que no le hemos vistos por Euskadi?
-He hecho mucho teatro en Madrid. Hice una función que se titulaba El ministro, estuve en la gira de Smoking room, Dos más dos? Televisión también he hecho, pero, sobre todo, participaciones esporádicas. He estado también en la última temporada de Allí abajo, donde tuve un pequeño papel. Lo que he hecho es sobrevivir.
¿Ha hecho algún formato similar al que veremos el próximo lunes en ETB-2?
-No, nunca. Es lo que más me motiva. El hacer algo nuevo siempre es interesante para un profesional?
También es un riesgo.
-No lo sé. Como nunca lo he hecho, no sé qué riesgo puedo correr, pero correré el riesgo de probar, que eso sí que es bueno. Me motiva mucho, me motiva a tirarme a la piscina e incluso más. Todavía uno es joven y le aguantan las piernas, estoy dispuesto.
¿Cree que le va a dar la actualidad para hacer humor diario durante tres cuartos de hora?
-Creo que habrá que bucear, pero si echas una ojeada a los políticos que nos rodean, creo que nos van a dar de sobra, cada día se cubren de gloria, y si no son los políticos, serán otros. Hay mucha gente dispuesta a darnos facilidades para hacer humor.
Da la sensación cuando oyes hablar a algunos políticos, no a todos, que se han vuelto humoristas. Les van a quitar el puesto a ustedes.
-Totalmente, y lo peor para nosotros es que los políticos no tienen ningún guionista, las barbaridades que dicen les sale de dentro. Es tremendo, alucinante. Pienso que han perdido el norte y la perspectiva de que están gobernando para nosotros. Parece que están representando a sus empresas?
En algunos casos puede que lo estén haciendo realmente.
-Sí, empresas, por no decir partidos políticos. Da la sensación de que cuanto más gorda sea la barbaridad que sueltan, mejor les va a sus empresas. No entiendo. ¿Dónde está esa gente que sabía hablar y que tenía oratoria en los parlamentos?
Alguno queda, no podemos generalizar.
-Pero son tan pocos. Tengo la sensación de que volvemos a épocas pasadas, más gloriosas, entre comillas.
¿Cuánto tiempo llevaba fuera de ETB?
-Lo último que hice fue un especial de Nekane Amaya y creo que fue en 2015 o 2016.
¿Ha sentido alguna vez que se le había olvidado?
-No. En absoluto, qué va. Pienso que es más una cuestión de la programación por la que apuesta la cadena. Echo de menos la ficción, pero es un lugar en el que no voy a meterme, no soy la persona que tiene capacidad para decidir. Pero no creo que se me haya olvidado, empecé ahí y estoy muy contento con todo lo que he hecho en Euskal Telebista y agradecido por poder volver.
¿Ha echado de menos Euskadi mientras estaba en Madrid?
-Sí. Pides un crianza y te clavan 3,20 euros. Ja, ja, ja? En serio, he seguido yendo a Euskadi, a Santurtzi donde viven mis aitas y donde están todos mis amigos. Vuelvo como mínimo una vez al mes, no vaya a ser que se me olvide algo de mi tierra.
‘¡Vaya semanita!’ fue uno de los programas que más se recuerda de ETB-2?
-Fue espectacular, fue un programa que llamó mucho la atención en su día. Estoy muy orgulloso de haber formado parte de él.
¿Cree que tendría vigencia ahora?
-No lo sé, no tengo una bola de cristal. Pero mejor lo dejamos donde acabó.
¿No le gustaría volver a hacerlo?
-Intentaría hacer otras cosas, intentaría pasar página. Si algo me molesta de lo que nos llega de Hollywood es que siempre hacen lo mismo. Si una película de superhéroes va bien, nos llenan de franquicias y más superhéroes. Prefiero dejar las cosas como están y no hacer segundas ni terceras partes. No me gusta cuando empiezan a hacer la revisión de Ben Hur, la revisión de El exorcista. Prefiero intentar mirar hacia delante y que se hagan cosas diferentes, hay que innovar, pensar en nuevos formatos.
Pues hay quien clama por la vuelta de ‘¡Vaya semanita!’.
-No sé si tendría éxito, acabó tan arriba que es muy difícil volver a tener aquellos resultados, y yo personalmente preferiría no tocarlo.
¿Ha conseguido engancharle y enamorarle el teatro?
-Yo empecé a hacer teatro en el colegio cuando tenía 11 años, así que enamorado estaba. El teatro es, no voy a decir que es la madre de todas las arte, que esa es la música, pero es maravilloso. Es un mundo en el que vives en un sueño constante. Hasta hace un mes he estado en el teatro Lara de Madrid con una función que se llamaba Dos más dos, estaba dirigida por David Serrano, y ha sido una gozada.
¿No resulta agobiante repetir todos los días el mismo texto?
-Para nada. El teatro te da libertada. Tienes todo el día para ti, a las seis de la tarde, coges la calle del teatro, te vas a hacer tu función, el contacto con el público no tiene precio. El público no deja de ser un actor más. El teatro es lo más.
No dudo que el teatro le dé placer, pero muchos colegas suyos opinan que del teatro no se puede vivir.
-Sí, puede que tengan razón. Pillar una producción comercial es difícil, hay mucha gente. Pero eso era algo que todos sabíamos, ya nos lo dijeron cuando desde pequeñitos queríamos dedicarnos a esto: Te lo vas a pasar muy bien, pero de lo de comer, ya hablaremos.
¿Y usted ha comido mal?
-Ja, ja, ja? He podido comer. En cuanto bien o mal, depende de cómo cocines.
¿Cómo cocina usted?
-Mi ama me dejó su legado culinario y no me desenvuelvo mal en la cocina, me falta perfeccionarme un poco, pero hago casi de todo.
¿Tiene plato estrella?
-No sé qué decirte, eso habría que preguntárselo a mi chica. Pero te voy a decir lo que tengo hoy para comer, así se te hace la boca agua. He puesto unas lentejas pardinas. He cortado unas cebolletas, un par de zanahorias y le he echado una patata grande para que engorde el caldo y tienen una pinta espectacular.
¿Va a vivir en Donostia?
-Sí, grabamos en Miramón. Ya ando tirando de contactos para ver quién me acoge en la buhardilla o en el camarote, cualquier lado me vale.
¿No va a ser muy intenso estar cinco días a la semana delante de las cámaras?
-Sí, no digo que no, pero lo voy a disfrutar y de vez en cuando viene bien pillar un curro de estos para coger una buena dinámica de trabajo.