san sebastián - La soprano Ainhoa Arteta aseguró que “nunca pensó que podría llegar a cantar Madame Butterfly”, la famosa ópera de Puccini, pero la edad que ya tiene “le ha permitido adquirir las posibilidades vocales y también emocionales” para poder enfrentarse a este grandísimo rol del verismo italiano.
Lo hará los días 13 y 15 de agosto en el auditorio Kursaal de San Sebastián, en el marco de la 80º Quincena Musical, bajo la dirección musical de Giuseppe Finzi, en una producción del director de escena Emilio López que estrenó el Palau de les Arts de Valencia en 2017 y que será representada en la capital guipuzcoana junto a la Orquesta Sinfónica de Euskadi y el Coro Easo.
La prestigiosa cantante lírica, natural de Tolosa, dijo ayer en la presentación del espectáculo, junto a Finzi, López, los principales intérpretes y el director del festival, Patrick Alfaya, que considera que las representaciones de San Sebastián serán su “debut” como Butterfly, ya que, cuando interpretó el papel protagonista de la misma producción en el Liceu de Barcelona, no se sintió “cómoda”. Ahora, sin embargo, para las representaciones en Donostia cuenta con “la complicidad, ayuda y cariño” de “todos” los implicados, algo que, si falta, hace “prácticamente imposible” interpretar satisfactoriamente un papel semejante.
Asimismo, la soprano confesó que “nunca” creyó que podría llegar a cantar Butterfly. “Empecé mi carrera como una soprano ligera, luego pasé a una soprano lírica pero, con la edad (está a punto de cumplir 55 años), he adquirido las posibilidades vocales para poder enfrentarme a este gran personaje de dificultad importante”. Pero no sólo por su complejidad vocal, sino también desde el punto de vista “emocional”. “Es un rol al que si verdaderamente te entregas, debes usar todas las armas que tienes de experiencia vital y artística. De hecho, cuando termina el espectáculo estoy temblando, y eso no me ha pasado nunca con ningún otro personaje”.
La soprano recordó la gran carga emotiva y de “protesta política” que tiene la obra compuesta por Giacomo Puccini en 1904 y elogió la innovación introducida por Emilio López trasladando la historia al ambiente bélico de la Segunda Guerra Mundial. Esa “descontextualización del momento histórico”, como la definió el propio director de escena valenciano, fue considerada por Ainhoa Arteta un acierto porque hace pasar al espectador de un primer acto con “un Japón limpio” y la protagonista, una geisha llamada Cio-Cio San, “abierta al mundo occidental”, a una segunda parte que es un auténtico “erial” que la lleva hasta “casi la histeria, y a un tercer y último acto en el que “pierde la esperanza y, de alguna manera muere”. Porque “la muerte más horrible que puede tener una mariposa es que le corten las alas”, concluyó la artista.
Una historia desgarradora y exigente desde el punto de vista interpretativo y vocal que, según resaltó, va acompañada de “una música de extrema delicadeza pero a la vez de extrema violencia”. “Te metes en el personaje y no puedes salir de él, así que termino la obra bastante tocada”, confesó.
El trabajo que está realizando tanto con la orquesta como con los coralistas y con los intérpretes principales va dirigido a sacar todos los colores que Puccini puso a su música y que abarcan desde el dolor a la alegría. Gorka Miranda dirigirá al Coro Mixto Easo en una producción de Madame Butterfly con un elenco en el que también figuran el tenor Marcelo Puente, la mezzosoprano Cristina Faus y el barítono Gabriel Bermúdez, entre otros cantantes. - Efe