La firma estadounidense de ropa interior femenina Victoria’s Secret no celebrará este año su tradicional desfile en el que anualmente participan cotizadas modelos internacionales, conocidas popularmente como ángeles.
Fue una de ellas, la australiana Shanina Shaik, quien confirmó la cancelación del desfile anual en una entrevista en el diario británico Daily Telegraph.
“Lamentablemente, el desfile de Victoria’s Secret no tendrá lugar este año. Es algo a lo que no estoy acostumbrada porque todos los años por estas fechas me estoy preparando como un ángel”, comentó la modelo, que en esa entrevista confía en que vuelva a celebrarse en un futuro.
Los desfiles de Victoria’s Secret llevan celebrándose desde 1995, en los últimos años durante las fechas previas a Navidad, y han sido emitidos en horarios de prime time por diferentes cadenas de televisión americanas.
Cotizadas supermodelos como Naomi Campbell, Gisele Bündchen, Heidi Klum o Tyra Banks han desfilado como ángeles de la firma estadounidense.
La caída en las ventas de la marca y la presión de algunos grupos feministas, que consideraban que el evento cosificaba a la mujer y que la firma solo apuesta por las tallas pequeñas, podrían estar detrás de la cancelación.
Victoria’s Secret estaba condenada desde hace años. El cambio de paradigma, la llegada del MeToo, la inclusión y aceptación de todos los cuerpos, el empoderamiento femenino, el rechazo al exceso de retoque fotográfico, el auge de la belleza real, el consumo de ropa interior más prosaica...
Todo ello ha dejado paso a la extrañeza y la incomodidad ante el show, expresados cada vez de forma más abierta a causa de esa perfección tan irreal que ha acabado con una firma que sí, vendía fantasía, pero con un tufo a pasado, incluso a vergüenza.
Intentaron arreglarlo. En 2016 Jasmine Tookes llevó su sujetador joya y en las fotos se veían sus estrías sin retocar. En 2018 desfiló Winnie Harlow, modelo con vitiligo. Nada servía. Si hace tres años el desfile fue visto por 6,6 millones de espectadores, hace dos, por menos de cinco, tal y como recoge el periódico El País.
En la pasada edición, en 2018, apenas 3,3 millones vieron a los ángeles y sus melenas de tirabuzón. El peor dato de su historia desde que empezó a emitirse, en 1995. Ni siquiera volver a llevar el desfile a Nueva York, tras las intentonas de darle brillo en Londres y Shanghái, lograron la atracción del espectador.