madrid - “Vigilad los cielos y, si sois extraterrestres, vigilad la Tierra”. Esa es la recomendación que Nacho Vigalondo lanza a los espectadores en la segunda entrega de Vigalondo Midnight Madness, el programa que presenta el director cántabro en TCM y que se emite esta noche. No es una advertencia gratuita. Una de las películas que se proyecta es Vinieron del espacio (Llegó del más allá), el film que dirigió Jack Arnold en 1953 y que, según Vigalondo, es “la quintaesencia del cine de serie B con marcianos que se rodó durante la Guerra Fría”. Está basado en un relato escrito por Ray Bradbury y cuenta la historia de unos extraterrestres que llegan a nuestro planeta porque han tenido una avería en su nave. “Los aliens no vienen a liquidarnos, a salvarnos o a darnos lecciones. Básicamente, les damos igual. La verdadera tensión nace de un malentendido que ni ellos ni nosotros podemos controlar”, explica Vigalondo. Es puro cine de evasión, pero al mismo tiempo refleja un momento social y político muy concreto y determinado: el miedo que había en Estados Unidos a una guerra atómica o a una invasión de la Unión Soviética. “La intención de Bradbury al escribir el relato era recoger esas tensiones psicosociales y jugar con ellas”, dice Vigalondo. El filme se rodó en un incipiente 3D y promocionado con carteles que prometían imágenes fantásticas que se echaban encima de los espectadores desde el otro lado de la pantalla. El realizador, según Vigalondo, “sabía sacar oro puro de los terrores más profundos arraigados en la mente humana”.
Las “locuras de medianoche” de Nacho Vigalondo se completan hoy con la emisión de Scabbard Samurai, un filme de 2011 dirigido por Hitoshi Matsumoto que cuenta la historia de un samurái buscado como desertor que, para salvar su vida, debe recuperar la sonrisa de un príncipe, completamente deprimido desde la muerte de su madre. Para ello dispondrá de treinta días. Si no lo logra deberá cometer sepukku, es decir, un suicidio ritual. - M. Peña