Artziniega - El escultor navarro-alavés Xabier Santxotena está a punto de ver cumplido otro sueño: completar la visita a su parque escultórico de Arizkun -un museo en el que fusiona arte y naturaleza, inaugurado en 2003- con un paseo guiado al, durante siglos marginado, barrio Bozate de esta localidad del Baztán navarro. Y es que se trata del barrio agote -esa raza de artesanos maldita al que él siempre ha defendido con orgullo pertenecer- en el que se encuentra la casa de sus ancestros (Gorrienea, convertida en museo en 1998), así como Casa Txine. Un prototipo de antigua vivienda agote, a través de la que dará a conocer los oficios y costumbres de este colectivo, y un proyecto “en el que llevamos años trabajando y que ya va a ver la luz”, explica el artista, desde su taller-museo en la localidad alavesa de Artziniega.

En concreto, las visitas -que se llevarán a cabo a partir del 15 de julio, siempre reservando con antelación en el número de teléfono 605 71 78 57- comenzarán en el auditorio del Parque escultórico “visualizando un vídeo con la historia de los Agotes, para luego subir a la Casa Museo Gorrienea, donde se podrá ver in situ el taller de carpintería donde trabajaban mis ancestros, así como la cocina y comedor homenaje a las abuelas. Después se irá a la Casa Txine, para finalizar con un recorrido por el barrio explicando su arquitectura y su folclore”, adelanta Santxotena.

Y es que aunque Gorrienea también es una construcción agote “en realidad son seis casas unidas, mientras que Casa Txine, de apenas 23 metros cuadrados por planta y unos muros de piedra bastante gruesos, es una vivienda agote real, que estuvo habitada hasta hace unos 70 años y a la que nos hemos limitado a poner suelo de madera en la planta baja, ya que era de tierra”, apunta.

Distribución Es en esta planta donde han instalado una exposición de oficios agotes, no presentes en Gorrienea, tales como el de tejedoras, cordeleros e incluso de elementos musicales. “El folklore era primordial en Bozate, y sus txistularis, atabalaris, clarinetistas y acordeonistas muy reclamados para tocar en fiestas de todo el entorno. En el famoso baile de Bozate dicen que empezó el agarrado, como no había clero”, señala el escultor, en clara referencia a uno de los principales motivos por los que el pueblo agote estuvo excluido durante siglos: sus creencias paganas estaban un tanto alejadas de la fe cristiana y sólo veneraban a la madre naturaleza.

En cuanto a para qué se utilizaba, realmente esta estancia, solo tiene claro que “para estabulación no, porque hasta el siglo XVIII les estuvo prohibida la tenencia de tierras, así como de animales, a diferencia de los hijosdalgo, de los ciudadanos normales, cuyas plantas bajas de las viviendas estaban destinadas a cuadras. De ahí también, nuestra cultura del agua y que muchos agotes recurrirían a la caza y pesca furtiva para poder subsistir”, matiza.

Por su parte, el desván bajo techo se utilizaba para secar cereal y otros alimentos, y en el entrepiso estaba la vivienda que compartía toda una familia, “con la zona de cocina, formada por un lar y una simple mesa, separada de la habitación por unas tablas de madera”, indica.

Las de Casa Txine, además, son las auténticas. “Solo le hemos añadido una cama de madera, en homenaje a los carpinteros agotes, aunque muchos dormían en jergones en el suelo, pero las marcas negras de la pared son los restos reales de la cocina de fuego bajo, y la madera del suelo, techo y ventanas también es la original. Si te fijas, en los marcos se ven los orificios que empleaban para insertar los palos de los cordeleros según iban tejiendo”, apunta. Otra marca de originalidad de esta casa es, sin duda, la falta de agua y electricidad. “Esta tal cual era”, asegura.

Toda esta información en torno a la arquitectura agote ha llegado hasta nuestros días de forma oral. “No hay casi pruebas escritas de ello, hasta en las escrituras de esta casa figura como finca de pan traer, por lo que había que pagar un diezmo al señor feudal”, sentencia Santxotena.

De hecho, esta falta de investigación en torno al pueblo agote fue lo que le llevó, junto al filósofo Josu Legarreta, a escribir y presentar a finales de 2018 el libro El orgullo de ser agote. La obra -editada por Erein, y con más de 400 páginas- aporta documentación exhaustiva, desde una visión académica pero también emocional, y ayuda a entender quiénes eran los Agotes y el universo que les rodeaba, durante mil años en los que el desprecio y la discriminación crearon un imaginario popular hasta el punto de considerarlos malditos. Ahora, con la oferta de realizar una visita guiada a las calles de Bozate, Santxotena da un paso más en su sueño de restituir al pueblo agote, su pueblo, al lugar que le corresponde en la historia.