Pamplona - Natxo López (Pamplona, 1976) atiende a este periódico en un hueco que ha sacado de otro hueco, el que ha buscado para escribir durante unos días libres con la familia. Ya se sabe que el trabajo del guionista no para nunca. Las fechas de entrega apremian y mucho más en televisión, donde ahora mismo tiene dos proyectos: las series Caronte, “una serie judicial potente con Roberto Álamo como protagonista”, para T5, y Perdida, “unas de las cosas más bonitas que he escrito”, para A3.

¿Cómo recibió la nominación, la única de la película por otra parte?

-Pues me dio un poco de pena que no tuviera más nominaciones. Me hubiera gustado sobre todo la de Sergio Barrejón, porque era su primera peli como director, y la de Luis Callejo porque es el protagonista absoluto. Pero, claro, es que este año hay muchísima calidad y la competencia es enorme en todas las categorías; por eso mi mujer (Marta Sofía Martins), que es la coguionista, y yo recibimos la noticia de la nominación con mucha sorpresa. No nos la esperábamos para nada, estamos muy contentos.

¿Por qué es un guión adaptado?

-La película surge de un corto, La media pena, que escribí hace años y que también dirigió Sergio Barrejón y protagonizó Luis Callejo. Lo rodamos hace siete años, gustó y la gente nos decía que se había quedado con ganas de saber qué pasaba con los personajes, así que se me ocurrió escribir el largo. Y la idea de presentarlo a la categoría de mejor guión adaptado fue del productor, Carlo d’Ursi, que supo que los hermanos Alenda habían presentado Sin fin, que también se basaba en un cortometraje. Y fue una buena apuesta, porque a guión original optan doscientas películas y a adaptado unas treinta.

Como dice, ya había trabajado con Sergio Barrejón, que fundamentalmente es guionista, lo que seguramente habrá facilitado el entendimiento.

-Nos hemos entendido muy bien. Él ya conocía la historia previa, aunque cuando Marta y yo escribimos el guión al principio no sabíamos si se iba a hacer o no. Sí que pensamos en hacer algo no muy caro, con una sola localización en un edificio de oficinas, y cuando se lo enseñé a Sergio para que me diera su opinión, desde el primer momento me dijo que quería dirigirlo. Esto fue hace seis años, cuando todavía estábamos en plena crisis, por eso ha tardado en hacerse.

Seguramente en su carrera también se habrá encontrado con directores ‘destrozaguiones’.

-Bueeeno... Hay una parte inevitable. Cuando estás escribiendo siempre visualizas las cosas en tu cabeza y tienes que saber que nunca nadie va a poner en imágenes esas ideas. No es que sea decepción, sino más bien sorpresa. Siempre es así. Luego hay directores que consiguen sorprenderte para bien y otros que a lo mejor toman decisiones que tú no tomarías, pero forma parte del trabajo. Yo trabajo en tele, donde todo va muy rápido y donde los guiones no se hacen siempre con la exactitud que me gustaría, sobre todo en comedia, donde es importante el timing, los ensayos y hacer muchas tomas, pero es que muchas veces no hay tiempo.

En el caso de ‘Jefe’, se trata de una comedia, pero de esas que también te dejan pensando.

-De hecho, el impulso para hacerla fue poder escribir una comedia que jamás me dejarían escribir para televisión. Por un lado, porque tiene un lenguaje grueso y el personaje hace cosas -es cocainómano- que no podrías poner en prime time en una cadena en abierto, y, por otro, porque aborda una serie de temas complejos. El protagonista atraviesa un momento en el que tiene que redefinirse a sí mismo. Para mí, Jefe es una historia que habla de la crisis de la masculinidad, no entendida crisis como algo malo, sino como cambio, como una readaptación del hombre de hoy respecto a su relación con las mujeres y con el mundo. La película al final trata de cómo un hombre se da cuenta de que ha sido un gilipollas y de cómo hace para reconducir su vida.

También de cómo se han hecho los negocios durante los últimos años.

-Así es. También es una historia sobre una España que tuvo un momento de gloria muy claro después de la Transición. César consiguió levantar su empresa desde cero con su esfuerzo, pero con el tiempo se vició. A veces el éxito saca lo mejor de uno mismo, pero también lo peor, y él se encuentra en un momento en que tiene que repensar quién es y hacia dónde quiere ir en el futuro. En ese sentido, Jefe habla de lo que es el país ahora mismo y de la herencia que hemos recibido en los últimos veintipico años. La película siempre tuvo la intención de ser mezcla de comedia y drama.

¿Eso es lo estimulante del trabajo de guionista, poder crear historias complejas que se mueven por distintos géneros?

-A la hora de escribir es mucho más jugoso poder contar una historia rugosa, árida, difícil, pero hacerlo en comedia. Por ejemplo, en Jefe los problemas entre César y su mujer, que son muy duros, están contados a través de un personaje muy cómico. Estás hablando de una separación compleja, con un hijo de por medio y mucho dolor y resquemor. Poder hacer eso desde el humor es un reto como escritor y creo que el resultado en la película es bueno. Muchos grandes guionistas han jugado a contar historias muy trágicas desde la comedia, que es una forma de relativizar o de ver las cosas desde otro punto de vista. Creo que a los espectadores les ayuda también a ver sus propios problemas desde otra perspectiva.

¿Es la televisión la mejor escuela para curtirse como guionista?

-El mejor aprendizaje es escribir mucho y escribir mucho haciendo cine es difícil. Muy pocos guionistas pueden permitirse empezar haciendo una o dos películas todos los años. Eso es algo que, con suerte, llega con el tiempo; el mejor sitio para escribir, escribir y escribir es la televisión. Se escribe mucho y muy rápido. Yo tuve la suerte de empezar en 7 vidas, una serie que tuvo éxito, que se mantuvo durante muchas temporadas y donde pude trabajar con compañeros brillantes. Escribíamos muchísimo, cada capítulo se rehacía varias veces, había jornadas maratonianas y a mí me enseñó mucho a coger la disciplina de la escritura, que creo que es lo más importante. Lo nuestro no se basa tanto en un talento que te llega por ser especialmente listo, sino que hay que trabajar mucho. Evidentemente, tiene una parte de inspiración y de creatividad, pero debes aprender la rutina de estar ante el ordenador escribiendo, porque así aprendes de tus errores y a encontrar tu propia voz. Y la televisión te permite ganarte la vida mientras coges ese callo. Es un buen lugar para empezar y más ahora.

¿Se refiere al enorme cambio que se ha producido en el ámbito de la ficción televisiva?

-Sí. Hace unos años parecía que el cine y la televisión eran mundos distintos y la gente del cine casi miraba a la de la televisión por encima del hombro, y ahora muchos cineastas quieren hacer series. En los dos últimos años han cambiado mucho las cosas y yo he trabajado en cuatro o cinco producciones distintas. Hay mucho movimiento, desde fuera se están dando cuenta de que en España hay muy buenos creadores, y mientras en cine es muy complejo levantar una película, en televisión se está rodando mucho y muy rápido. La aparición de las plataformas ha cambiado el mercado y es un momento dulce para los creadores. En televisión hay un mayor respeto hacia el creador, que es el guionista. En cine, en cambio, el director es el rey. En televisión tenemos más capacidad de decisión y, por ejemplo, cada vez es más importante saber quién ha escrito una serie.

Debutó en el cine con ‘Acantilado’, guión que coescribió con Helena Taberna, ¿cómo fue la experiencia?

-Llegué al proyecto cuando ya había una versión de guión y durante dos años hicimos unas cuantas más. Fuimos explorando distintas vías y esto a veces suele pasar no solo por cuestiones de guión, a veces también por temas de producción o de presupuesto. El guión tiene que adaptarse y en nuestro caso lo hizo a un thriller de autor. Para mí fue un aprendizaje estupendo trabajar con Helena Taberna porque es muy buena directora y tiene una visión muy potente de lo que se puede contar visualmente. Los guionistas tendemos a escribir mucho diálogos y ella me decía que había cosas que podían transmitir los actores en pantalla con una mirada y tenía razón. Acantilado fue mi primer crédito en cine y le tengo mucho cariño.

También han escrito juntos seis capítulos de una serie, ‘Maraña’, pero hace unos días la directora hablaba de las dificultades para producirla.

-Maraña es un proyecto muy bonito, muy potente, basado en hechos reales. Es una historia fascinante y muy dura al mismo tiempo y tenemos un trabajo importante hecho, pero es cierto que ahora mismo hay mucha competencia. Se presentan muchas series y a veces no es fácil encontrar encaje para algunas historias crudas. Seguimos con ella y esperemos que encuentre un lugar. Jefe estuvo seis años en un cajón y al final salió; ahora mismo tengo otra película que escribí en la misma época y parece que podría rodarse en 2019 o en 2020. A veces los proyectos tardan en encontrar su vía, lo importante es que estén bien y Maraña es estupendo; Helena lo defiende muy bien y creo que encontrará su lugar.

¿Y ha pensado en dirigir?

-No es algo que me quite el sueño. No me importaría, dirigí un corto más profesional hace cuatro años, Pase privado, y fue una muy buena experiencia. No lo descarto, pero ahora mismo soy guionista, es lo que hago bien, es mi trabajo y, además, tengo dos niñas pequeñas de 3 y 6 años y meterte a rodar siempre es complicado. No lo tengo en el punto de mira cercano, pero más adelante podría ser.

Quizá el Goya ayude a que llegue más trabajo.

-No sé. Si me llaman, estupendo. No era mejor guionista el día después de la nominación que el día antes, pero entiendo que forma parte del juego y que un productor se quiere apoyar en datos objetivos y si alguien necesita un guionista, seguramente se fijará más en un nominado o en un premiado. Con el Goya sí que me llegaría más trabajo, pero lo veo imposible; las películas con las que competimos tienen más opciones. Aunque nunca se sabe, tampoco pensábamos estar nominados...

Datos personales. Natxo López (Pamplona, 1976) se licenció en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. En su haber, guiones de series como 7 vidas, Gran Reserva, La familia Mata, Corto y Cambio, Con el Culo al Aire, Ciega a Citas, Hispania, Allí Abajo, Vivir sin permiso. Tiene pendientes de estreno Caronte (T5) y Perdida (A3).

Nominación. Al Goya a mejor guión adaptado por Jefe.