A día de hoy, sigue sin estar muy claro cuántos millones de euros se gastó el Ayuntamiento de Gasteiz en los dos proyectos de auditorio que la década pasada se pusieron sobre la mesa y que terminaron en nada. Fueron años, por cierto, en los que emergió un Iradier Arena que se vendía como multiusos, aunque la realidad terminase por demostrar que eso no era posible si no se acometían una serie de reformas y mejoras en distintos aspectos. Tanto por los primeros como por el segundo, hubo muchos dentro del Consistorio que decidieron cargar las tintas contra el Principal al entender que el teatro no puede estar a la altura de las necesidades presentes. Lo cierto es que, a día de hoy, el edificio de la calle San Prudencio sigue en pie y a pleno pulmón.
Aún así es evidente que el inmueble que hoy sopla cien velas tiene deficiencias que es imperioso atajar. Sus técnicos llevan años diciéndolo. Sus espectadores habituales, también. La del centenario hubiera sido una fecha ideal para presentar una reforma, un compromiso de financiación y unos plazos cerrados de ejecución, así como un programa de alternativas para el tiempo que sea necesario cerrar el teatro por obras. Pero al final, no ha sido así.
Lo que se ha conseguido, después de realizar un concurso público, es un estudio con tres alternativas realizadas por la ingeniería Idom. Este análisis ha sido encargado por el Ayuntamiento, que comparte la propiedad con la Diputación (ambos con el 30% del edificio) y el Gobierno Vasco (40%). Este detalle no es baladí porque también habla de cómo habrá que estructurar el plan de financiación si es que al final se opta por alguna de las tres propuestas. En este punto, cabe recordar que las tres instituciones van a estar en prórroga presupuestaria en 2019, año en el que además el Consistorio -también la la institución foral- van a someterse al juicio de las urnas.
Es decir, que el Principal llega a su centenario sin tener una decisión sobre qué reforma acometer, cuál es el compromiso de financiación, en qué plazos se van a ejecutar las obras y qué alternativas se van a ofrecer al público. Así que lo único que parece claro a día de hoy son las tres alternativas, más allá de que el departamento municipal de Cultura no ha presentado el informe en ninguna comisión municipal al resto de los partidos del Ayuntamiento, ni lo ha desgranado ante los medios de comunicación en rueda de prensa, ni, que se sepa, ha mantenido una reunión formal con Diputación y Gobierno Vasco para compartir el análisis realizado por Idom.
En la primera alternativa, se plantean las actuaciones que cubran el cumplimiento de los requisitos de seguridad, mantenimiento y prevención, así como algunas de las peticiones de necesidades de funcionamiento planteadas en un edificio de estas características. Se actuaría en butacas (se perderían 176), adecuación de maquinaria, escenario, foso, orquesta así como en algunas cuestiones técnicas y de seguridad, teniendo un coste de 7,3 millones.
La segunda posibilidad plantea el crecimiento del edificio con la adquisición de dos locales privados que permitiría ganar 350 metros cuadrados. Así se podría ampliar la caja escénica y limitar la pérdida de butacas (134 menos). En total habría que invertir 12,2 millones de euros.
Por último, la tercera alternativa plantea adquirir hasta 578 metros cuadrados más. Esto permitiría la inclusión de nuevos espacios, la redistribución de los existentes de manera que la parte escénica y la parte operativa del edificio ganasen en versatilidad, repercutiendo en la comodidad de los trabajadores y de los asistentes (desaparecerían 134 butacas). Estaría valorada en total en 18,6 millones, aunque aquí hay una variable sobre los locales a comprar que no hay que perder de vista. - C. González