- Tras la apertura oficial el pasado fin de semana de su sexta edición, el festival solidario Aitzina Folk no para ni siquiera en este puente festivo para la mayoría. Todo lo contrario. Hoy vuelve a reclamar la atención del público, del cercano y también de todas aquellas personas que durante estas fechas están por la ciudad, para llenar de sonidos la capital alavesa y, además, seguir con la tarea de recaudar fondos para financiar la investigación de la ataxia telangiectasia, una enfermedad de las llamadas rara, genética y neurodegenerativa que afecta a dos niños en el País Vasco.

En esta ocasión, el punto de encuentro para intérpretes y espectadores será Falerina Taberna donde, a partir de las 19.00 horas y con la entrada gratuita, los sonidos llegarán de la mano del grupo gasteiztarra Krisketa, compuesto por Arturo Suso (gaita, whistles y flautas), Javi Garagalza (violín y percusión), Sara Sanz (voz y percusión), Kike Armentia (guitarra) e Isa Herrero (ukelele, flauta y voz). No va a ser ésta, por cierto, su única participación en el Aitzina, puesto que el próximo 23 también tomarán parte en el programa especial de visitas guiadas con música que el certamen y la Catedral Santa María van a proponer en esa jornada.

Con todo, lo inmediato es lo que va a suceder esta tarde, una actuación en la que seguir ahondando en el carácter solidario del festival mientras “montamos una buena”, como explica Suso. “Vamos a tocar mucha música para bailar y cantar”, incluyendo versiones y temas propios.

Como tal, el quinteto gasteiztarra empezó su camino hace un año, aunque sus integrantes llevan ya tiempo en otros proyectos relacionados con el folk. Su vía de encuentro fue el Aitzina, el marco en el que fueron estableciendo relaciones para dar el paso de empezar un nuevo camino juntos tras vivir otras experiencias. “Al final, todos tenemos nuestras otras dedicaciones y es complicado juntarse de continuo y trabajar para tener un nivel, pero para nosotros, el poder compartir, hacer un repertorio, componer y tocar frente a la gente es la mejor motivación para seguir”.

En su caso, proponen música de influencia celta, base que les está sirviendo para desarrollar un proyecto bautizado como Atlántica, con el que pretenden incorporar a su propuesta canciones en sus respectivos idiomas de cada uno de los pueblos que viven en la cornisa atlántica, desde Galicia hasta Escocia. Paso a paso van sumando temas, que por ahora interpretan en euskera, inglés y galés, aunque en breve van a añadir el gaélico. “Grabar es complicado y costoso, así que la idea es movernos en el directo y aprovechar los contactos que tanto el Aitzina como nosotros tenemos con otros festivales para llevar nuestro repertorio”.

De hecho, su música se hará protagonista hoy y también el 23 en el templo gótico. “Algunos de nosotros ya hemos tocado en alguna iglesia, pero no va a ser lo mismo, claro. Cuando venga una visita a donde estemos, tocaremos una canción y seguro que se produce algo curioso”, comenta Suso. “Es un formato muy distinto, pero si va bien, habrá que repetir”. Todo llegará.