Donostia - Se resistía a hacerlo. Llegó a decir que nunca escribiría un libro así. No era su subgénero literario predilecto. Se encontraba más cómodo en la suciedad de las historias ambientadas en las ciudades. Pero, pese a todo, el escritor Jon Arretxe ha abrazado el rural noir, es decir, la novela negra ambientada en el mundo rural y lo ha hecho con su personaje Mahamoud Touré en la sexta aventura de este desdichado detective-vidente africano, titulada Ez erran deus.
Para Arretxe abordar este subgénero ha sido “un auténtico desafío”, según reconoció ayer en la presentación que tuvo lugar en Donostia, pues, a su juicio, la novela negra debe estar relacionada “con el lumpen”. En esta ocasión Touré ha dejado las calles del barrio bilbaíno de San Francisco y ha huido a un municipio imaginario del Pirineo navarro llamado Orbe, donde gracias a su antiguo amigo Adama ha conseguido un trabajo pastoreando ovejas. “Para que nos hagamos una idea, el pueblo puede tener algo de Zugarramurdi o de Bidankoze. Es pequeño, aislado, lleno de personajes locos, maniáticos y envidiosos”, describió Arretxe.
El hecho del cambio de escenario tiene que ver con que Touré sufre todavía las consecuencias de lo acontecido en las anteriores novelas y busca escapar del corrupto policía que lo ha convertido “en una marioneta, en un chivato”. Por ello, decide dejar atrás Bizkaia y a sus amigos Sa Kene, Osman y Xihab, intentando hallar la paz y la tranquilidad en un entorno absolutamente distinto. No obstante, el africano no puede escapar de su destino. “Hay quien considera que soy un sádico con Touré”, reconoció el escritor basauritarra afincado en Arbizu. No obstante, desmintió con ironía este extremo clarificando que el destino de Touré no es “tan negro”, dado que siempre sale ileso de sus desventuras.
La historia de Ez erran deus, publicada en la colección Uzta Gorria de la editorial Erein, tiene un comienzo tan “potente” como real, dado que la nueva aventura se inicia con la decapitación de un burro mediante una motosierra, un hecho que ya ocurrió realmente hace unos años en una localidad guipuzcoana, según recordaron desde la editorial.
El protagonista, que no puede huir de ese “destino”, será el encargado de averiguar quién es el responsable de dicha tropelía ocurrida en una localidad que tampoco es muy amable con Mahamoud Touré. El titulo de la obra -No digas nada, en castellano- juega con la idea de que en los pequeños municipios se acaba callando lo que todo el mundo conoce.
grandes ciudades Pese al “esfuerzo” que ha hecho Arretxe en ubicar su nueva historia dentro de los márgenes del rural noir, reconoció que le costará volver a estos terrenos. En su opinión, es en la ciudad donde pasan “muchas cosas”, mientras que en las localidades más pequeñas “no ocurre nada”.
Asimismo, y pensando en el futuro de la saga, no descarta que Touré viaje a una gran ciudad “con millones de habitantes” como pueden ser Madrid, Barcelona o, incluso, París.