El joven actor estadounidense Timothée Chalamet, protagonista de Beautiful boy, de Felix Van Groeningen, opinó que el filme puede ayudar frente a la “enorme epidemia” de la adicción a las drogas en Estados Unidos, actuando como “una especie de espejo”, así como a que este problema “deje de ser tan tabú” y se pueda hablar de él “sin vergüenza”.

Chalamet y Van Groeningen han basado la película en los libros de memorias de David Sheff Beautifol Boy: A father’s Journey Through His Son’s Addictio’ publicadas en 2008 sobre la adicción de su hijo, Nic Sheff, a las drogas y el libro Tweak, en la que este último contaba su punto de vista.

El actor explicó que la película va sobre cómo la adicción “no tiene límites y no discrimina en base a raza, género o clase”, sino que cualquiera puede tener una. Asimismo, apuntó que en Estados Unidos se da “una crisis de opiacios”, en la que “gran parte de la gente tiene una adicción” y las adicciones y las sobredosis “matan a más gente que la que violencia por armas de fuego o los accidentes de tráfico, en concreto más de 50.000 personas el año pasado.

En este contexto, aseguró que este filme puede “ayudar” frente a este problema, sirviendo de “una especie de espejo”, frente a esa “enorme epidemia”, así como contribuyendo a que “deje de ser tan tabú y se pueda hablar de ello sin vergüenza”. Al respecto, señaló que esta película “no es entretenimiento, sino que tiene “un mensaje” a transmitir.

Chalamet indicó además que se incorporó al proyecto un mes y medio antes del rodaje y tuvo que perder ocho kilos para la película y sobre cómo preparó su personaje indicó que se apoyó en los libros anteriormente citados y también en la relación con el resto de actores del reparto, con el propio Nick Sheff, al tiempo que reflexionó sobre “la humanidad” de su personaje, que confesó ha sido “lo más difícil” de interpretar. - Efe

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