donostia - Claire Foy es un actriz al alza. Saltó a la fama internacional por su papel de una joven Isabel II en la serie de Netflix The Crown, por el cual ganó el Emmy la semana pasada. No obstante, esta producción de la plataforma de pago por visión no estuvo exenta de polémica cuando se filtró que su compañero de reparto Matt Smith -interpreta al duque de Edimburgo- ganaba más que ella, que era la protagonista. Ahora, ha dado el gran salto al cine con mayúsculas con el filme sobre la llegada del ser humano a la Luna, que se presentó ayer en la sección Perlas del Zinemaldia.
Su papel en ‘First Man’ demuestra que las mujeres de los héroes también necesitan su espacio.
-First Man cuenta la historia de Neil Armstrong y nos cuenta cómo es este hombre y los riesgos que tomó para conseguir llegar a la Luna. No obstante, no podría separar a Neil de Janet, su mujer; van juntos en la historia. Janet siempre supo que había un riesgo de quedarse viuda, pero, a la vez, se da cuenta de que necesita tiempo para ella y para cuidarse más allá de lo que hacía Neil, para no quedarse abandonada.
Uno de los hijos de Neil y Janet, Mark Armstrong, afirmó que usted captó muy bien la esencia de su madre. ¿Cómo construyó el personaje?
-Para construir el personaje la familia ha sido muy generosa. El acceso a la información que hemos tenido ha sido amplio. Como actriz busco conectar con el personaje. Tenía claro que en el caso de Janet eso era ver cómo entendía ella lo que quería de su vida, sobre todo, en relación con los hijos que tenían, además de Neil y su misión. Tenía muy claro lo que era importante en la vida, era alguien que no se lamentaba y no se quejaba pese a las dificultades. Yo lo que quería era que los hijos y la familia me reconociesen a su madre en mi actuación.
¿Como británica cómo ve la polémica que ha habido en EEUU sobre el hecho de que ‘First Man’ no muestre explícitamente cómo Armstrong clavó la bandera en la Luna?
-La controversia viene de gente que no ha visto la película. Yo la he rodado y la he visto dos veces, y en realidad te das cuenta de que la bandera americana está bastante presente a lo largo de la película.
‘First Man’ habla sobre el coste de la carrera espacial y de las vidas que se perdieron. Todo para que ahora el ser humano no vaya a la luna.
-Siempre estamos queriendo mejorar. En su momento llegar a la luna era un juego político para ver quién iba a llegar primero, Estados Unidos o la URSS. Neil lo convirtió en algo más humano. Espero que eso sea lo que quede como poso de lo que ocurrió. En el mundo occidental vivimos como en una carrera, siempre queremos más y quizá debemos pararnos a pensar. Es un momento más de dar que de seguir conquistando cosas que tampoco nos aportan tanto como humanidad. Creo que los que pisaron la Luna es con lo que descubrieron.
En un editorial reciente de ‘The Guardian’ se decía que la ficción británica casi siempre está hecha por realizadores que vienen de clases acomodadas y que eso hacía que no se contasen la historias de las clases trabajadoras. ¿Qué opina al respecto?
-Yo vengo de una familia humilde, así que entiendo la pregunta. Tengo la sensación de haber crecido con películas y también literatura en la que se narraban historias sobre gente rica o sobre gente que prospera en la vida. Al mismo tiempo, en Inglaterra hay una tradición en el que las series televisivas son series del momento, con personajes con los que te puedes identificar, que no están tan lejos de ti y son reconocibles. Para dedicarte al arte necesitas tiempo y si estás trabajando o tienes que pagarte el piso es más difícil, es lo que hace que las familias ricas entren más fácil en este mundo. Con el apoyo del Gobierno hay una posibilidad de poder fomentar que la clase trabajadora acceda a esas carreras más artísticas. En mi familia para mis abuelos no era una opción dedicarse al arte, con un retraso de unas generaciones, ahora se puede hacer.
‘The Crown’ es lo que la ha hecho saltar a la fama. Ahora, ha trabajado en grandes producciones como ‘First Man’ y el nuevo filme de la saga Millenium. ¿Cómo ha vivido el salto?
-Pensaba que iba a ser diferente. Llevo una década dedicada a la interpretación y el momento más impresionante que he tenido en mi carrera fue el primer trabajo. Te va pasando en todos los nuevos proyectos. Al final como actriz hago mi trabajo y me voy a casa. Si no fuese así, me preocuparía, porque entrarían en juego otros factores que no tienen nada que ver con mi trabajo. Tener esta antención de la prensa que estoy teniendo, sí que es algo diferente. Como actriz, mi trabajo no ha cambiado.
Después de la polémica del salario en ‘The Crown’, ¿a la hora de negociar un salario ha notado un cambio favorable por parte de las grandes productoras, quizá, también motivado por reacciones como las del movimiento Time’s Up?
-Diferencio entre el movimiento Time’s Up y las diferencias de salarios por ser hombre o mujer; son cosas distintas. Desde que todo esto ha ocurrido no he tenido que negociar ningún contrato, no sé cómo va a ser a partir de ahora. Tengo la sensación de que ahora preguntaría cosas que antes no hubiese preguntado y levantaría la voz sobre cosas que antes no. Hay cosas que se pueden hacer mejor. Hay una gente valiente que ha levantado la voz para que la cosas mejoren. A veces son pequeños detalles, que tienen que ver con las horas que estás trabajando, por ejemplo. Quiero ser capaz de preguntar ciertas cosas, sin que me tilden de una mujer difícil o que me digan que estoy loca. Estoy haciendo mi trabajo y estoy preguntando cosas que son muy razonables.