el programa de telebasura conocido por Gran Hermano y Gran Hermano VIP, se ha asentado en la programación de Tele 5 como roña en vieja embarcación marina y amenaza con volver a la pantalla con una selección de monstruitos sacados del bolsón de celebrities que amenazan con agotarnos en un nuevo ciclo de la mal llamada telerrealidad, porque esto no deja de ser una estúpida edición de desnudos morales integrales que azotarán nuestras madrugadas a lo largo del otoño que viene. Sobre el formato original, de chicos y chicas explorando su intimidad y mostrándola a las cámaras, que Tele 5 compró a una productora holandesa, y explotó lo de encerrar a una docena de famosetes en la Casa de Guadalix de la Sierra para exhibir debilidades, odios y pasiones, miserias e intimidades expuestas a voraces cámaras.

La galería de monstruos de la presente edición, ya en marcha reúne en otros rostros más conocidos a Ángel Garó, Aramis Fuster, Suso, Mónica Hoyos, Makoke, El Koala y una legión de desconocidos, Oriana, Verdeliss, Asraf Beno o Darek Dabrowski que llenarán horas de tele con sus majaderías, estúpidos celos, andanzas mediáticas en pro de la pasta y la popularidad para pasear platós, conseguir contratillos, hacerse una digna carrera en su azacaneada vida. Por sexta ocasión, los gestores de Tele 5 vuelven a ofrecer las miserias humanas revestidas de celofán, en un estilo televisivo que han consagrado y convertido en marca de la casa, y que mantendrá hasta el fin de los siglos mediáticos, porque son como carroñeros que se ceban en la humanidad rota de personajes sin rumbo. Son estos bufones actuales sin Velázquez de la corte televisiva, que convocarán a audiencias millonarias en un producto chequeado, comprobado y probado hasta la saciedad. El escándalo, la pelea, los malos modos venden en televisión. Qué asquito de televisión.