El imponente alcázar, construido a finales del siglo XIV, se alza en lo que fueron las antiguas murallas de la villa de Medina de Pomar. El palacio y fortaleza, que aloja hoy en día el Museo Histórico de las Merindades, acoge este verano, junto con el monasterio de Santa Clara, la ermita de San Millán y la casa de cultura, una gran exposición compuesta por más de 150 obras de arte contemporáneo de 90 artistas de primera línea internacional, entre los que se encuentra un gran número de creadores vascos, como Chillida, Oteiza, Lazkano, Txomin Badiola o Daniel Tamayo. La exposición está comisariada por el historiador Javier González de Durana, que ha conseguido lograr un perfecto diálogo entre la arquitectura y estos espacios centenarios.

“Incluso he contado con unos colaboradores del pasado. Lógicamente, no se puede intervenir en los muros del castillo ni en los del monasterio, así que para colgar los cuadros he tenido que aprovechar los clavos que pusieron hace siglos sus antiguos moradores”, comenta con humor González de Durana, que ha sido responsable de la Sala Rekalde, director de Artium, (2002-2008) y de la Fundación Balenciaga (2011-2014).

goya, braque, chillida... La muestra, denominada ART//edina está compuesta por obras cedidas por sus autores o por coleccionistas privados. Incluso hay algunas de ellas que no se habían visto con anterioridad en público, por lo que ha supuesto un gran esfuerzo organizativo para González de Durana.

A lo largo del extenso recorrido de esta exposición, se puede contemplar desde un grabado de Goya de 1799 en el claustro de Santa Clara a un pequeña obra de 1950 de Georges Braque, uno de los inventores del cubismo con Picasso, que tiene su rincón en la casa de cultura y, sobre todo, mucho arte vasco. Artistas que son reconocidos a nivel internacional y que conocen muy bien los centenares de vascos que se están acercando a conocer esta exposición, que se encuentra a solo 80 kilómetros de Bilbao.

Nada más entrar al castillo, el visitante se topa con Rotor, una obra volátil del mexicano Esaú de León, creada para la ocasión, que contrasta con la dureza de los materiales de los muros, elevándose por la planta baja y fundiéndose con su impactante friso mudéjar. Junto a ella, cuadros y esculturas de artistas residentes de París durante los años 50 y 60 del siglo pasado y sus conexiones con artistas estatales y vascos, en cuyas obras predominan la geometría y el orden compositivo. Entre ellos, Richard Mortensen, Vasarely, Jacobsen, Palazuelo, Rafael Soto, Zumeta, Remigio Mendiburu, Chillida, Oteiza...

González de Durana ha reunido también, como si se tratase de un pequeño homenaje, a cinco creadores de larga trayectoria que mantienen la pasión por continuar creando en tiempos que no animan a ello, “cuando, además tienen resueltas sus vidas con la docencia”. La resistencia de los creyentes, como ha denominado esta sección, está compuesta por obras de José Ángel Lasa, Alfonso Gortázar, Daniel Tamayo, Ángel Garraza y Alberto Rementeria.

En el Alcázar se encuentran también obras protagonizadas por los caminos y redes de comunicación, con trabajos de Ana Riaño, Hannah Collins, Mari Puri Herrero o Perejaume. En la sección Informalidades formateadas, se pueden ver los trabajos de Prudencio Irazabal, Amable Arias, Bonifacio Alfonso, Goenaga, Elena Mendizabal, Lucio Muñoz o Teresa Peña (Madrid, 1935-Entrambasaguas, 2002), “una magnífica pintora a la que he querido reivindicar”.

calma en el convento Tras recorrer cada sala del castillo, el recorrido de la exposición nos lleva al monasterio de Santa Clara. Mientras desde la capilla se oyen los cantos de las monjas de clausura, el visitante puede recorrer diversos espacios, en los que las obras de artistas contemporáneos dialogan equilibradamente con las obras religiosas. Repartidas entre el claustro, el coro alto y la sala de las pinturas flamencas, tres conceptos tan ligados a la vida conventual, Calma, luz y sobriedad, vertebran los trabajos, la mayoría realizados por mujeres. Entre ellas, Begoña Zubero, Josune Amunarriz, Françoise Agnan, Marina Núñez, Susana Solano e Ixone Sábada. En otros espacios del monasterio, Mabi Revuelta, Anabel Quincodes, Mertxe Périz y Amable Arias abordan el tratamiento de la figura humana, sus trances y sombras.

En la ermita de San Millán, autores como Aitor Mendizabal, Carlos Amorales, Begoña Usaola o Txomin Badiola presentan sus escenarios para ritos de paso. En la casa de la cultura, las letras, los libros, las líneas sinuosas y la botánica se dan la mano con obras de Ruiz Balerdi, Dora Salazar, Ramos Uranga, Javier Pérez, Susana Talayero o Juan Hildalgo. ART//edina se puede visitar hasta el próximo 19 de agosto.