madrid - Saray Montoya se ha comprado, con el medio millón de euros que ganó en el concurso Supervivientes 2018, una casa en una lujosa urbanización de Sevilla en la que vivirá junto a su marido y sus tres hijas.

Nada tiene que ver este domicilio con el del barrio de Las Tres Mil Viviendas, que apareció en la segunda y tercera temporada del programa de Cuatro.

Así lo pudieron comprobar los espectadores de ayer de Sálvame, cuando la televisiva diseñadora especialista en trajes de novia conectó en directo con su marido, Jorge Rubio, que se encontraba en Sevilla e hizo un tour por la casa, aún inmersa en la reforma.

Nacida hace 38 años, esta gitana se crió en la capital andaluza junto a su familia, los Farrucos, ya que es prima del bailaor Farruquito.

Sin embargo, es principalmente conocida tras la aparición con su familia en el reality show Los Gipsy Kings, y después por participar en Supervivientes 2018.

Montoya ha dejado claro con su nueva casa que no le han hecho falta los 200.000 euros de premio que se llevó la pamplonesa Sofía Suescun, ganadora de la última edición del programa.

Durante este, la andaluza mantuvo diferentes disputas, hasta ser expulsada junto con la argentina Romina Malaspina en la gala 4 por conducta indisciplinaria.

Pero no fue la única con quien Malaspina discutió en la isla, sino que esta también mantuvo rifi rafes importantes con la peluquera Raquel Mosquera o el maestro Joao, si bien ahora se le relaciona con Logan, finalista del concurso.

una vivienda con todas las comodidades Como se pudo comprobar, a la casa valorada en 500.000 euros no le falta detalle.

Cuenta con una piscina, dos salones, dos jardines, una chimenea, un comedor y una cocina de grandes dimensiones, entre otras estancias, las cuales están remodelando entre la pareja.

Tanto Saray como Jorge están trabajando ellos mismos en la vivienda, como reflejaron en el programa, ya que han preferido ahorrar el dinero de las obras.

Un ejemplo es la estancia de relax que han creado junto a la piscina en la que han hecho unos sofás a partir de palés.

“Necesitaba una rinconera para cinco o seis personas y fui a un sitio de muebles, pero me pedían 800 euros, así que me fui a comprar palés, porque eso lo podía hacer yo”, comentó Montoya en el programa. - DNA