Málaga - Dos alumnas de la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña, la ESCAC, se ganó ayer los aplausos del 21 Festival de Cine en Español de Málaga con sus dos películas a competición en la Sección Oficial: Las distancias, segunda cinta de Elena Trapé, y Mi querida cofradía, el debut de Marta Díaz de Lope.

La primera congeló las sonrisas con su retrato desolador de una generación que no ha podido cumplir sus sueños y la segunda tumbó de risa al público del cine Cervantes. Trapé explica que Las distancias es una película que, sin ser autobiográfica, refleja experiencias personales, propias o muy cercanas, que empezó a escribir en 2011. “Es la relación de amor más larga que he tenido”, bromea la barcelonesa. El argumento puede sonar conocido: unos amigos que se conocen desde la universidad se reúnen para ir a felicitar por sorpresa el cumpleaños de uno de ellos, que hace dos que se fue a trabajar a Berlín, Comas (Miki Esparbé), y el encuentro no resulta exactamente como habían imaginado. Pero lo que acaba por dejar mudo al espectador es el bofetón de realidad: “El hecho es que crecimos pensando que nos lo habían puesto fácil, y no cuestionábamos el estado de bienestar; eso mezclado con algo apolítico de que todo nos daba igual. Y de repente, nada de eso”. Y esos chicos tienen ya 35 años. “Son una parte muy importante de la película, personajes muy detallados, muy precisados; hacer una película con cinco puntos de vista fue muy complicado”, afirma Trapé, que contó con un elenco de actores que actuó como “una brújula” que le ayudó a rodar “con silencios y situaciones no explícitas, dibujadas, pero no remarcadas”. Son Alexandra Jiménez, Isak Férriz, Bruno Sevilla, María Ribero y Miki Esparbé, a los que Trapé ha sacado de “su zona de confort” y dotan de autenticidad a sus personajes.

solemnidad y enredo Profesora, además de ex alumna de la ESCAC, Trapé se felicita de la cantidad de nombres femeninos que se dan a conocer ligados a ella, incluido el de Marta Díaz de Lope. La rondeña se ganó ayer al público del festival con su desternillante Mi querida cofradía, en la que plantea qué ocurriría si una mujer se propone ser hermana mayor de una hermandad. La protagonista es Carmen (Gloria Muñoz), católica y apostólica, que va a dirigir su cofradía, pero se lleva un chasco cuando es elegido para ello Ignacio (Juan Gea), su máximo rival, y lejos de aceptarlo, se mete en un lío con el único deseo de que las cosas cambien.

Para Díaz de Lope, la Semana Santa era “un contexto visualmente perfecto, que remite a elementos muy dramáticos, como el luto, la pasión o la devoción”. “Todo eso permitía hacer las partes de la película que rodábamos en la iglesia con una solidez estética que contrasta con la parte de la casa, que es una comedia de enredo más cotidiana”. Respecto a la temática, asegura que ella es “bastante contenida” y, aunque le gustan “el humor y la ironía”, siempre huye de la “caricatura”, pero al escribir un guión ambientado en la Semana Santa hubo momentos en los que pensaba que “había cosas que podían ser malinterpretables”. Destaca la actriz Gloria Muñoz, protagonista por primera vez a su edad madura, quien celebra que “nunca es tarde”, a pesar de lo cual fue “una gran responsabilidad” el deseo de “que estuviera la comicidad sin caer en la caricatura”. “Si lo hacía mal, no era que me cargara mi carrera, es que me cargaba la primera película de una directora que estaba empezando su carrera”, en referencia a Díaz de Lope, a la que augura un gran futuro.

El extenso reparto de esta comedia que llegará a los cines el próximo 4 de mayo se completa con Pepa Aniorte, Rocío Molina, Joaquín Núñez, Manuel Morón, Carmen Flores, Alejandro Albarracín y Rosario Pardo. - Efe