Vitoria - “Lo que todos tenemos, seamos músicos o no, es voz. Es lo primero y lo último”. Es, como bien dice Virginia de la Casa, un instrumento esencial, fundamental, una herramienta de expresión y creación que ella conoce muy bien y que domina. Lo viene demostrando desde hace ya mucho tiempo a través de diferentes proyectos, entre los que se incluye aquel La Mujer Barbuda, con el que ya colaboró con la centenaria Banda Municipal de Música de Vitoria.

Hoy, la agrupación, bajo la dirección de Hilario Extremiana (“esta vez voy sin la batuta, ya expresan suficiente las manos), y la intérprete vuelven a cruzar sus caminos sobre el escenario del Principal para componer un concierto bautizado She sings, we swing. El encuentro con el público se producirá a partir de las 20.00 horas, aunque tanto el patio de butacas como preferente y el primer anfiteatro ya están al completo. Quedan, eso sí, pases en el segundo anfiteatro que se pueden conseguir por 3 euros cada una.

“Es un placer y un honor poder cantar con estos músicos tan buenos, con una formación como ésta. Desde el primer momento me he sentido muy mimada y cuidada”, reconoce De la Casa, quien protagonizará un programa marcado por el jazz con temas de Porter (My heart belongs to daddy) o Ellington (Don’t get around much anymore), que en varios casos cuentan con arreglos realizador por músicos cercanos como Jimmy Bidaurreta e Iñaki Urbizu. Además, aunque en este caso es una composición instrumental, los espectadores también se dejarán llevar por Fabada para 5, de Raúl Romo. Bueno, y habrá alguna que otra sorpresa preparada para la ocasión, sonríe la cantante, que contará también con el arrope de Josu Izagirre y Koldo Uriarte como músicos invitados.

“Hay alguna canción que es nueva para mí, pero en general es un repertorio que conozco bien y que creo que la gente va a disfrutar”, sonidos que se han ido sumando en una negociación “muy fácil”, entre la intérprete y la Banda, sobre todo de la mano de Iratxe Loma, técnico de la formación. Esa misma sensación de naturalidad se está viviendo durante los ensayos con los músicos, momentos preparatorios en los que, como reconoce Extremiana, en ocasiones hay que detenerse para corregir algunos detalles sirviéndose, precisamente, de la voz. “Les digo que lo canten porque ayuda mucho. De hecho, desde pequeños todos deberíamos cantar y, si queremos hacer música, participar en un coro”.

A la espera de seguir los consejos del director de la Banda, él anima a quienes no tengan todavía su entrada para el concierto de esta tarde porque “vamos a disfrutar de un jazz con mucho swing, de una música reconocible y cercana” con la que dejarse llevar por diferentes sensaciones y emociones. Sentimientos a los que pondrá voz De la Casa en un recital único. “Es verdad que un proyecto como éste requiere mucho esfuerzo para una única actuación pero ésta es una situación que se da muchas veces y en muchos sitios”, afirma el director.

Sucederá lo mismo con la próxima cita de la Banda con el Principal, un concierto para el que no habrá que esperar demasiado (será el próximo día 25) y para el que la venta de entradas también va a buen ritmo. Mejor no despistarse ni hoy ni después.