berlín - Noruega impactó ayer en la Berlinale con Utya, un filme rodado en una sola toma y surgido del trauma colectivo dejado por el ultraderechista Anders Breivik tras los 72 minutos que duró su matanza en un campamento juvenil de una idílica isla vecina a Oslo. “Lo ocurrido ese 22 de julio no puede transmitirse en palabras. Tenemos el rostro de Kaja para vivir la angustia, el miedo, el desconcierto de quienes murieron o sobrevivieron a la tragedia”, explicó su director, Erik Poppe.

Kaja, interpretado por la jovencísima Andrea Berntzen, es la muchacha a la que sigue la cámara de Poppe en todo el filme. El espectador sabe que la explosión de Oslo, donde murieron 8 personas, fue el primero de los dos atentados perpetrados por Breivik, un fundamentalista neofascista, que del barrio gubernamental se trasladó a Utya para matar a sangre fría a 69 personas, en su mayoría adolescentes o hasta niños. “Ni una sociedad avanzada como la nuestra está a salvo de los monstruos que genera. La ultraderecha avanza en Europa en forma de lobos solitarios o de partido. El Estado está obligado a protegernos como es debido”, apuntó Poppe. El otro rostro de la jornada a competición fue el de Marie Bäumer, la actriz que da vida a Romy Schneider en el filme 3 Tage in Quiberon (3 Days in Quiberon), dirigido por la alemana Emily Atef. - Efe