Esta vez en ¶espazioa, su impulsor es al mismo tiempo el anfitrión y el protagonista. No es habitual. Lo normal en la galería independiente de la calle Costa Rica es recibir las creaciones y propuestas de terceros. Pero José Cos hace una excepción en esta ocasión para presentar a partir de mañana la exposición Kilk subjektiboa 2, que se inaugurará a las 19.30 horas permaneciendo abierta hasta el próximo día 23.
Aunque insiste otra vez en que no se considera fotógrafo, Cos da un nuevo paso aquí dentro de esa fascinación que el autor viene sintiendo desde hace un tiempo por la fotografía subjetiva, una llamada que ya se ha traducido en proyectos anteriores, que se han podido ver en la sala Luis de Ajuria y La Cuadra (Dulantzi). “Me gustaría cerrar el camino con otro paso más, aunque dado por otros, no por mí”, apunta.
Eso ya se verá. Lo inmediato es esta última producción, que supone otro acercamiento más a la fotografía subjetiva, corriente aparecida en Alemania a mediados del siglo pasado con la intención, a grandes rasgos, de poner en valor la creatividad del fotógrafo y su subjetividad, así como la del espectador, reivindicando la fotografía como arte frente al fotoperiodismo y la fotografía academicista.
En unos tiempos en los que la imagen lo domina todo, en que - como dice Cos- “nos levantamos y nos acostamos con una cámara en el bolsillo”, en los que el “uso convulsivo” de la fotografía está haciendo que pierda su valor, su interés y su creatividad, el artista se pregunta si el único criterio posible ahora para valorar una instantánea es que sea bonita. Frente a eso, él reivindica otra forma de hacer, mirar, sentir y generar para, desde un plano alternativo, asomarse a otra realidad, no a la impuesta.
“Trato de descontextualizar para encontrar mi contexto”, describe Cos, que aunque defiende la necesidad de escapar del efectismo en la creación fotográfica, admite, desde un punto de vista autocrítico, que a él también le cuesta escapar de esa red. Aún así, intenta conseguirlo para presentar al visitante una exposición en la que romper ideas, formatos y miradas. De ahí su apuesta, por ejemplo, por los formatos verticales, frente a la “estabilidad” de lo horizontal. “Quiero engañar a la objetividad, disputarle su realidad”, sentencia.
Siguiendo distintas motivaciones, como el papel de la mujer, Cos presenta una veintena de imágenes, que se complementan con proyecciones en las que explicar motivaciones, hacer repasos históricos, mostrar otras obras... En definitiva, redondear una propuesta que, desde la primera pieza hasta la última, es una invitación al espectador para establecer debates y reflexiones sobre lo observado, lo intuido y lo percibido. - C. González