Las puertas de Hotel California, el mítico disco de Eagles y uno de los más vendidos de la historia, siguen abiertas (y sus canciones, vigentes) cuarenta años después de su edición. Ahora, 40 millones de discos después, Elektra/Warner lo reedita, para disfrutar nuevamente de clásicos como New kind in town y Life in the fast lane, con un disco en directo adicional.
Una de las grandes obras maestras del rock, Hotel California es un disco esencial para entender la historia de la música popular del siglo XX y su continuidad en el actual, ya que no se podría comprender la vigencia actual del reciente country alternativo y la Americana sin la aportación de los vaqueros Eagles.
Amanecían los años 70 cuando surgía el grupo en Los Ángeles, siempre liderado por Don Henley y Glen Frey. Su propuesta fue tan sencilla como certera: la simbiosis de las raíces folk y country con las encantadoras melodías de la California hippie, dando un paso adelante en la huella abierta por Gram Parsons, de la mano de su amigo Jackson Browne. Les bastaron seis discos en una década, hasta su disolución en 1980, para convertirse en uno de los grupos más influyentes y vendedores de todos los tiempos.
La llegada del punk les barrió, pero sus canciones han sobrevivido y su influencia ha aumentado con el siglo XXI con la vigencia del rock de raíces USA. Eagles debutaron con un disco homónimo, al que siguieron Desperado y One of these nights. Ahí decidieron bajarse de su caballo metafórico y su música se tornó más urbana y electrificada con su cuarto disco, Hotel California, editado a finales de 1976 y el que supuso el bautismo del guitarrista Joe Walsh tras la salida de Bernie Leadon.
Canciones inolvidables Aunque existe un hotel homónimo en Todos Santos, en México, la icónica portada del disco es la del Hotel Beverly Hills. El grupo volcó en su contenido su “visión agridulce” sobre la sociedad estadounidense (y, por ende, la mundial) del momento desde las ventanas de un hotel que representa metafóricamente el mundo de las drogas -ese hotel “tan adorable”, pero del que “nunca puedes irte”, cantan- y los excesos del rock.
“Es sobre el lado oscuro del sueño americano, y sobre los excesos, algo que conocíamos”, explicó Henley. En sus canciones, de corte conceptual y vigentes en su visión del materialismo y la decadencia social, también se perciben versos sobre el fin de la inocencia, la adicción a las drogas, la muerte, las tentaciones, la fugacidad de la fama y las relaciones turbulentas, tanto entre la pareja como en el ámbito de la amistad, miembros de la banda incluidos.
En el álbum contrasta la delicada New kid in town, con sus fantásticos arpegios de guitarra, con la fiereza eléctrica y rock de Victim of love y Life in the fast lane, propulsadas por Walsh, la segunda con otro texto esclarecedor: “La vida en el carril rápido sin duda te hace perder la cabeza”. Y conviene revisar el arreglo orquestal y aire blues de Wasted time, la esperanzada y acariciante Try and love again o esa joya escondida en el cierre, The last resort, donde se critica, a lomos de siete minutos de emotividad épica y desarmante piano, la cruenta conquista del oeste americano y el falso paraíso que trajo.
Disco en vivo El disco conmemorativo, que se ha remasterizado y editado en formatos diferentes, incluye, por vez primera en cuatro décadas, contenido extra. Además del álbum original, se ofrece un compacto con una decena de canciones en directo inéditas grabadas en octubre de 1976 en el Forum de Los Ángeles. Además de las obligadas presentaciones de Hotel California, o New kid in town, la banda rescata, con un sonido excelso y de arreglos country-folk, clásicos previos como Take it easy, Take it to the limit, James Dean y One of these nights, entre otros temas.