Vitoria - Tiene solo veinte años, pero a los jóvenes también les gusta ponerse un poco nostálgicos de vez en cuando. La Joven Orquesta de Euskal Herria (EGO) ha caído en la tentación y ha decidido volver a sus orígenes tras cumplir su vigésimo aniversario. En su inminente temporada de invierno, cerrará un ciclo en su corta vida al recuperar la Obertura de los esclavos felices de Juan Crisóstomo de Arriaga, la primera obra que interpretó en 1997 durante su estreno en el Principal gasteiztarra. En esta ocasión, contará con la colaboración de Dantzaz Konpainia, que representará un ballet diseñado por el coreógrafo baionarra Martin Harriague. Además, se incluye en el programa la Sinfonía en re menor del compositor bilbaino y el Concierto para viola y orquesta de Carl Stamitz.

Durante sus primeras veinte temporadas, la EGO se ha hecho mayor a través de más de 150 conciertos de música sinfónica y de cámara. Por sus filas ha pasado aproximadamente un millar de jóvenes que han actuado ante más de 120.000 espectadores de media docena de países. En definitiva, unas cifras de auténtico vértigo que certifican el éxito de la apuesta cultural impulsada hace dos décadas.

La temporada de invierno de la EGO subirá la persiana el próximo miércoles 3 de enero en el teatro Victoria Eugenia de Donostia, viajará el día siguiente al Principal de Gasteiz (donde todavía quedan entradas a la venta) y culminará el día 5 en el palacio Euskalduna de Bilbao. El programa, el mismo para las tres funciones, contempla tres obras. Empezará con la Sinfonía en re menor, una de las obras más emblemáticas de Arriaga. El año exacto de su composición es toda una incógnita. Algunos cálculos la sitúan en 1824, pero lo único que se sabe con certeza es que el bilbaíno la creó durante su etapa parisina (1821-1826). Estructurada en cuatro movimientos, el allegro con moto que la cierra es una de las piezas más destacadas del músico vasco. El primero es un allegro escrito en forma de sonata precedido de un adagio como introducción; el segundo, un andante; y el tercero, un minuetto.

Las tres funciones continuarán con el Concierto para viola y orquesta de Carl Stamitz, una obra cuya dificultad técnica la ha convertido en una pieza imprescindible del repertorio para viola. El alemán, hijo de Johann Stamitz, fue compositor de 70 sinfonías y numerosos cuartetos, tríos y otras obras musicales. La interpretación correrá a cargo de la hondarribiarra María Rallo Muguruza, una antigua componente de la EGO que a sus 21 años acumula un currículum asombroso. Después de tocar durante tres años en la orquesta de jóvenes Gustav Mahler, obtuvo el pasado verano una plaza en la Filarmónica de Hamburgo. Además, ha sido sustituta en la Filarmónica de Dresde y academista en en la Sinfónica de la Radio de Berlín. El año pasado obtuvo la beca Nicanor Zabaleta que la Diputación Foral de Gipuzkoa otorga para apoyar a jóvenes talentos.

BALLET Bajo la dirección artística de Juan José Ocón, el programa de la EGO reserva el punto nostálgico para el último momento. La Obertura de los esclavos felices supondrá la guinda final al estar acompañada por un ballet de Dantzaz Konpainia. Harriague, quien también es compositor músical, se ha encargado de diseñar al milímetro la coreografía. Reconocido con diferentes premios internacionales, previamente ha realizado creaciones para el Ballet Nacional de Marsella, el Scapino Ballet holandés y la Kibbutz Contemporany Dance Company israelí, de la que es miembro.

Respecto a la pieza, se trata de la obertura pastoral que Arriaga creó con posterioridad para su primera ópera, compuesta cuando tan solo tenía 13 años. De hecho, ese salto en el tiempo hace que esta parte sea la única que se conserva a día de hoy.

Desde ayer mismo hasta que acabe la gira, los componentes de la EGO están concentrados en el complejo educativo de Eibar para preparar el programa, una nueva ocasión para apreciar el talento musical de los jóvenes vascos.