El objetivo es claro: el concierto que la Banda Municipal de Música de Gasteiz ofrecerá junto a los artistas invitados para la ocasión el próximo 20 de mayo sobre las tablas del Principal, un recital enmarcado dentro del programa de actuaciones familiares de la Red de Teatros y que tendrá como cimiento sonoro la partitura de Peter Pan creada por el compositor Ferrer Ferrán. Será el broche a un proceso iniciado el pasado septiembre junto al Instituto de Música, Arte y Proceso (MAP) y a Autismo Araba, un camino que ayer cerró su primera fase y que en enero afrontará su senda definitiva: “ahora nos toca ponernos manos a la obra para desarrollar las ideas creativas que nos han ido surgiendo a lo largo de estos meses”, explica Sheila Pereiro Martínez, musicoterapeuta de MAP y de la asociación.

Una decena de personas con trastornos del espectro del autismo se subirá al escenario de la calle San Prudencio ese día, pero no “para estar en una esquina durante un rato y tocar dos notas”. De eso nada. “Son parte del proceso creativo y lo que pase el 20 de mayo va a ser el resultado de lo que la Banda y ellos, de manera conjunta, creen”. En este sentido, Pereiro destaca que una de las dos principales ganancias de este proyecto pasa por la vivencia de la “experiencia creativa. Todo está por hacer y, por lo tanto, todas las posibilidades se pueden poner sobre la mesa y todos los aportes de cada persona, desde su condición e intenciones, son posibles. Creando es como uno se transforma y puede crecer como persona. El proceso creativo es muy enriquecedor para todo el mundo y para ellos también”.

El otro eje fundamental pasa por el hecho de “compartir experiencias en personas que precisamente tienen mucha dificultad para ello; favorecer esa relación con otros y en otros contextos es muy favorecedor para ellos, para ampliar su riqueza social. La música es una herramienta muy facilitadora en este sentido. Hoy [por ayer], con cuatro notas que ha tocado una de las integrantes de la Banda de un villancico, todos estábamos cantando y acompañando”, apunta la musicoterapeuta, refiriéndose a la visita que componentes de la agrupación vitoriana llevaron a cabo al centro de día Landaberde, un espacio dependiente de la Diputación que gestiona Autismo Araba.

De hecho, con este encuentro se cerró la primera fase del proyecto, una etapa iniciada en septiembre y en la que han tomado parte más personas de las que llevarán a cabo la segunda. “Hasta el momento se ha llevado a cabo un trabajo más de conocimiento y hemos aprovechado para que más personas disfrutasen con la posibilidad de visitar el local de ensayos de la Banda, de escuchar a los músicos, de interactuar”. En este sentido, Pereiro subraya de manera especial el trato que han sentido por parte de los músicos de la agrupación: “son un grupo de gente estupenda. Por ejemplo, el primer día que fuimos a Musiketxea nos pusieron sillas entre ellos, pudimos sentirnos parte de la Banda”.

De todas formas, todavía queda trabajo por delante, una labor a llevar a cabo también de la mano de los educadores del centro, “que se están involucrando de una manera muy importante”. Todo para encontrarse con el público en un siglo XXI en el se debería entender a la persona “como lo que es, una persona. Todos tenemos puntos fuertes y potencialidades, todos tenemos necesidades y dificultades ante las que necesitamos ayuda”. Así que hay que dejar estereotipos a un lado, reservar butaca cuando salgan a la venta y disfrutar.