- Las personas que acuden cada año al mercado de antaño de Artziniega saben de sobra que este municipio, con menos de 2.000 habitantes o tal vez por ello, es cuna y refugio de pintores. Solo basta pasarse por la entrada del ayuntamiento viejo de Goiko Plaza y observar el mural al fresco que va tomando forma, para darse cuenta de que no es obra de novatos, sino de artistas con muchas tablas en el manejo de paletas y pinceles.

Uno de ellos es Fernando Ureta a quien, este mes, “le ha tocado” dotar de contenido a otro evento de esta villa medieval, no menos tradicional: la exposición pictórica que, para cerrar y abrir cada año, alberga la sala de muestras temporales del museo etnográfico local. Se inauguró el pasado 1 de diciembre pero se mantendrá a disposición del público que visite el espacio, hasta el próximo 25 de febrero de 2018. “Con un mes suele ser suficiente para ver una exposición de este tipo, pero como el museo tiene tantas visitas se ha optado por darle un mayor recorrido y que sea más gente la que tenga opción de disfrutar de uno de nuestros muchos pintores”, señalan desde la asociación etnográfica Artea, gestora de la infraestructura cultural.

Por lo que respecta al contenido de la exposición, la engloban 18 cuadros de pequeño, mediano y gran formato, entre los que destacan las pinturas al aire libre tan características de Ureta. Y es que, aunque prácticamente la mitad es trabajo de estudio, el autor ha querido aprovechar esta ocasión para mostrar a sus vecinos trabajos realizados en la calle, que nunca ha expuesto, en los que plasma el paisaje que, en cada momento, tiene ante sus ojos y que, en tantas ocasiones, le ha hecho merecedor de premios en certámenes de pintura al aire libre tan dispares como el de Oñati, Urnieta, Berriz o Miranda de Ebro.

Paisajes reconocibles “Se presupone que los de estudio tienen mayor calidad, porque inviertes en ellos más horas de trabajo. Sin embargo, a la gente le suelen gustar más los realizados al aire libre, no se porqué, aunque sí hay veces que el resultado me ha hecho decir: ¡Jolín, esto lo intento en el estudio y no me sale!, aunque no es lo más habitual”, reconoce.

Esta característica suya también hizo que la escuela artística Juan de Aranoa de Amurrio le escogiera para impartir una clase magistral de pintura rápida que puso el broche de oro al curso de 2016. “Cuatro de los cuadros los he realizado ex profeso para esta exposición y en ellos se ve el Santuario de La Encina de Artziniega o la cascada del nacimiento del río Nervión. De hecho, un fragmento de este último se ha utilizado para elaborar el cartel anunciador de la muestra”, explica el autor.

El resto son paisajes tanto urbanos, como industriales y rurales “de nuestro entorno, exceptuando dos realizados en Castilla”, matiza. Los lugares, además, son fácilmente reconocibles para quien los conoce. “Empleo una mancha un tanto abstracta o rota, pero el resultado siempre termina siendo figurativo. En mis cuadros predomina la imagen, no tienen problema de interpretación”, asegura. Quien quiera comprobarlo los tiene a su disposición en el museo etnográfico de Artziniega hasta el próximo 25 de febrero. La entrada es gratuita.