La primera dama de los Estados Unidos, Melania Trump, inauguró ayer la decoración de la Casa Blanca, la primera desde que ella y su marido, el presidente Donald Trump, se mudaron a la residencia presidencial el pasado enero.

“El presidente, (mi hijo) Barron y yo estamos muy ilusionados con nuestras primeras navidades en la Casa Blanca”, declaró Melania Trump, quien presentó la primera decoración desde 2008 en la que la familia del expresidente Barack Obama no protagonizaba el acto.

La primera dama también afirmó que la tradición navideña es “muy importante” para ella y sus familiares, así “como para muchas familias”, e invitó a los estadounidenses a visitar las instalaciones ornamentadas para la ocasión durante las próximas fechas, según un comunicado de la Casa Blanca.

La exmodelo eslovena recorrió cada una de las salas decoradas y deseó una feliz Navidad en nombre de su esposo y el hijo de ambos, Barron, con el que recibió hace una semana el árbol navideño oficial de la Casa Blanca, un abeto que ya preside la Sala Azul de la residencia presidencial.

como Jacqueline Kennedy Bajo el nombre de Tradiciones honradas con el tiempo, la primera decoración de la familia Trump destaca por un homenaje al compositor ruso Pyotr Tchaikovsky y su Cascanueces, con el que se rememora a la primera ornamentación temática de la Casa Blanca, la escogida por Jacqueline Kennedy en 1961.

También se presentan objetos de anteriores presidentes, como una vajilla de Ronald Reagan en la Sala de China o un libro de villancicos de Franklin D. Roosevelt de 1866, con los que se pretende destacar la hospitalidad y la tradición.

Estos valores están reforzados con una decoración que homenajea a las familias con estrella dorada, denominación que se otorga a aquellas que han perdido a algún miembro cuando servía en las Fuerzas Armadas en combate.

La primera tarjeta navideña enviada por un presidente de Estados Unidos, firmada por Dwight D. Eisenhower en 1953, acompaña a la primera del presidente Trump y a las anteriores de los Obama, entre otras. Además, una reproducción de la fachada sur de la Casa Blanca en miniatura, hecha a base de 136 kilogramos de jengibre y otros ingredientes, es la encargada de presidir el Salón de Cenas de Estado.

Mientras que esa reproducción de la residencia no es comestible, sí lo son las más de 60.000 galletas y otros dulces elaborados por 36 cocineros y pasteleros, entre los que se encuentran 4.000 galletas que reproducen el escudo o estrella de la primera dama.

El próximo jueves, el propio presidente inaugurará el tradicional alumbrado del árbol navideño que se instala cada año en el National Mall de Washington, la gran explanada que une el Capitolio y el Monumento a Lincoln. - Efe