Vitoria - Apoyo a la creación local, promoción de los nuevos lenguajes escénicos, y búsqueda de nuevos espacios, en unos casos no convencionales, en otros -como sucede esta vez- que aunque tienen una actividad cultural continua, no responden al formato de teatro a la italiana. Sobre estas bases, el Festival Internacional de Teatro de Gasteiz afronta buena parte de su sección Antzerkia zabaltzen, una apuesta que desde hace cuatro años tiene parada obligada en la sala Baratza gracias a la colaboración entre el certamen y Parasite Kolektiboa. Por supuesto, esta cuadragésimo segunda edición no iba a ser una excepción.
En concreto, el encuentro con el público se producirá mañana, pasado, el sábado y el domingo, los cuatro días a las 20.00 horas, estando las entradas disponibles por un precio único de 15 euros. Eso sí, hay que tener en cuenta que en cada sesión sólo van a poder entrar 50 personas y que hay jornadas que ya están casi al completo, así que mejor no dormirse en los laureles.
Quienes acudan se encontrarán con la creación colectiva Jokoa, una aparente fiesta en una discoteca a través de la cual Parasite desarrolla un montaje sobre la identidad y su percepción. “¿Qué pensamos que la gente piensa de nosotros? es la pregunta con la que iniciamos el proceso de esta propuesta, un tronco del que después han salido unas cuantas ramas, algunas de las cuales son han ido un poco lejos”, apuntó ayer Unai López de Armentia, director artístico de una pieza interpretada por Marina Suárez Ortiz de Zárate, Hannah Whelan, Josune Vélez de Mendizabal y Garazi López de Armentia, estando acompañadas ante el público por Cubo Silum Soundz y Danel Ibisate.
Sin querer ser un tópico, sino una descripción real de lo que va a pasar en estas cuatro jornadas, “sabemos que el montaje va a ser diferente cada día”, sobre todo porque su desarrollo “va a depender de las respuestas del público”, de unos espectadores que tendrán su papel. “No es una obra participativa pero sí tiene una parte activa por parte de quienes estén”, avanzó Garazi López de Armentia, quien añadió que “de hecho, la cuestión del público es algo que hemos querido cuidar de manera especial desde el principio”.
Con todo, hay un factor de sorpresa sobre lo que se van a encontrar las personas que acudan a las representaciones de lo que Unai López de Armentia denominó “experiencia escénica más que espectáculo” que Parasite quiere preservar. Sólo se apunta el encuentro del teatro, la danza y la música, el diseño de un espacio escénico “diferente” y la intención de plantear preguntas sin querer ofrecer en ningún momento respuestas para así invitar a la reflexión propia.