Vitoria - Este 2017 está siendo un año de muchos cambios musicales y personales para los cuatro componentes de Xarpa así que el título de su segundo disco, Aldatzeko denbora, está elegido con toda la intención. Eso sí, Joana Diente, Endika del Amo, Julen Galán y Guillermo Sánchez tienen claro que “hemos encontrado tanto el sonido como la estabilidad” que buscaban, un punto de arranque esencial para seguir mirando hacia adelante, que, al fin y al cabo, es su gran objetivo. Ocho temas componen este álbum, un trabajo que desde finales de verano es una realidad tanto en formato digital como físico.
Grabado en los JG Estudios (Agurain) con Fonta Frenetik en la parte técnica, el disco fue tomando forma entre junio y julio, contando además con las colaboraciones de Unai Olalde (Eratu) y el pianista Mikel Goikuria. “Queríamos que el álbum sonase lo más parecido a nosotros, es decir, que no tuviese ningún arreglo extra que luego no pudiéramos llevar a los escenarios. Nuestro sonido es igual en el estudio que sobre las tablas. Así que es muy fácil llevarlo al directo y que suene como queremos, es decir, bien”, apunta Endika, quien junto a Joana, está en el grupo desde su aparición en 2014. Tras la salida de sus anteriores compañeros “decidimos que nos queríamos liar la manta a la cabeza y seguir con el proyecto”.
Dicho y hecho, el primero en sumarse a ese camino fue el batería Guille para, ya desde enero, completar la nueva familia con la guitarra de Julen. “Acoplarse no ha sido nada complicado”, apunta Galán. Tras meses intensos de preparación, la grabación y la salida del segundo trabajo de la banda, los cuatro apuntan que Aldatzeko denbora responde a la perfección a ese momento de muchas transformaciones internas y externas, instantes en los que, por lo general, uno o se hunde o sale a flote: “nosotros lo que intentamos es seguir adelante. De hecho, el disco ha salido por remar todos en una misma dirección”.
Ahora, eso sí, es el momento del público, de aquellas personas que se están asomando a las nuevas composiciones. “Nos gustaría que la gente se identificase con las canciones, que las escuche y crea que eso que están contando los temas también le puede pasar, lo puede compartir, no que sienta el disco como las vivencias de otro, de un ajeno”, describe Del Amo. En castellano y en euskera se presentan estos ocho cortes en los que también hay un cambio con respecto al sonido, aunque el grupo quiere escapar de etiquetas. “Hay quien dice que es rock suave, pop rock... pero es que no sabemos cómo catalogarlo. Es verdad que hemos suavizado un poco los temas. No tenemos complejos en este sentido. La cuestión es que hacemos música y ya está”.
Como es evidente, toda vez que el trabajo ya es realidad, los conciertos se vienen sucediendo tanto dentro como fuera de Álava. Al territorio volverán el 17 de noviembre para actuar en Mendixur y el 16 de diciembre en Gasteiz (Urban Rock Concept), aunque en la agenda, por ejemplo, también hay paradas en Madrid (29 y 30 de diciembre). “Tenemos bastantes cositas cerradas, va bien la cosa”.