Las Vegas - La exestrella del fútbol americano, O.J. Simpson, salió ayer de madrugada en libertad condicional de la prisión estatal de Nevada, donde se encontraba cumpliendo condena por robo, después de pasar nueve años encarcelado. Simpson, de 70 años, se convirtió en un hombre libre sin que cumpliese los 15 años a los que había sido condenado por el robo de objetos de colección ocurrido en la habitación de un hotel de Las Vegas (Nevada).
Esta condena se dictó después de que había evitado ir a prisión por los asesinatos de su exesposa Nicole Brown Simpson, y su amigo, Ronald Goldman, ocurridos en Los Ángeles, en 1994, de los que quedó exonerado. Aunque luego en la demanda civil que interpusieron los familiares de las víctimas fue encontrado culpable y obligado a pagarles 33,5 millones de dólares que ahora han ascendido hasta los 65, de acuerdo al abogado de la familia Goldman.
Una portavoz del Centro Correccional Lovelock, que se encuentra al norte de Nevada, confirmó que Simpson había firmado los documentos oficiales que le permitían quedar en libertad, sin que tuviesen conocimiento de quiénes le habían ido a recibir fuera del recinto penitenciario ni hacia dónde se dirigía en sus primeras horas en libertad.
el principio del fin Orenthal James Simpson, más conocido como O. J. Simpson, lo tenía absolutamente todo para ser feliz, pero un asesinato, atracos y secuestros iban a provocar que entrara en la cárcel, donde se ha deteriorado físicamente. Gran estrella del fútbol americano, consiguió entrar en el Salón de la Fama en 1985 después de una exitosa carrera en los Buffallo Bills y en los San Francisco 49ers. Pero su vida iba a cambiar el 2 de noviembre de 1994. Ese día, su exmujer, Nicole Brown Simpson, y su amigo Ronald Goldman iban a aparecer muertos en el domicilio de ésta. Aunque fue absuelto de responsabilidades en un juicio penal, tres años después iba a ser condenado por un Tribunal Civil. Fue el el comienzo del fin.
Simpson se unió más tarde a cinco hombres a los que apenas conocía, en el casino Palace Station en Las Vegas, en un intento por recuperar unos artículos que dijo eran de su propiedad y que le robaron unos coleccionistas a los que asaltaron. Dos de los hombres que acompañaron a Simpson en el hotel de Las Vegas llevaban armas de fuego, aunque Simpson todavía insiste en que nunca supo que alguien estaba armado y que sólo quería recuperar objetos personales, recuerdos y fotos de familia.- Efe