donostia - El Zinemaldia recibió ayer con un nudo en la garganta y un respetuoso aplauso Morir, la segunda cinta de Fernando Franco tras La herida y que de nuevo mete el dedo en la llaga del dolor, esta vez íntimo: el de una pareja que se ama.
“Me interesaba retratar una relación que no fuese estándar, sin fisuras, sin grises, desde el respeto, la contención y la coherencia”, dijo Franco en la rueda de prensa de la película.
Morir habla de una pareja, Luis y Marta, que recibe una terrible noticia, la irrupción de una enfermedad y, de repente, se paralizan sus vidas. La película es, por lo tanto, un repaso a la metamorfosis de una pareja.
Marian Álvarez, ganadora de Concha de Plata a la mejor actriz en 2013, aseguró que, después de la “intensa experiencia” que fue La herida, tras Morir no puede evitar sentirse afortunada. “Que te lleguen personajes así una vez es una suerte, pero que te lleguen dos mujeres tan poderosas es maravilloso”, señaló.
Por su parte, Andrés Gertrudix, protagonista del filme, comentó que “una enfermedad que te aboca a la muerte en tan poco tiempo y siendo tan joven te modifica”. “Modifica el amor, la relación de pareja. Se juntan muchas cosas”, indicó.
“Para mí, era importante contar el paso del tiempo con el cuerpo de Andrés, con la mirada de Marian, que creo que es fundamental para entender lo que le pasa al otro personaje. Ella no tiene mucho a lo que agarrarse, solo al tiempo que pase con él”, advirtió por último Franco. - Efe
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