venecia - Robert Redford y Jane Fonda son los más esperados de la 74 Mostra de Venecia, que hoy abre sus puertas con Matt Damon y Kristen Wiig como avanzadilla de dos semanas de cine y estrellas.
Un intenso programa que se cerrará con la concesión del León de Oro a la mejor película de la competición oficial por un jurado presidido por Annette Bening pero que tiene en sus secciones paralelas algunas de las citas más interesantes del Festival. Es el caso de la nueva versión en 3D del mítico vídeo que John Landis realizó en 1983 para el Thriller de Michael Jackson, que marcó un antes y un después en la forma de hacer videoclips musicales. Venecia mostrará fuera de concurso su adaptación a las nuevas tecnologías junto a un documental sobre el making of (cómo se hizo) de aquel rodaje.
También fuera de competición Nosotros en la noche , protagonizada por Redford y Fonda, que recibirán el León de Oro de honor de esta edición, lo que reafirma la clara apuesta del festival por conjugar cine de autor con grandes estrellas. Estos dos grandes mitos del cine se unen a nombres como los de Jennifer Lawrence, Ethan Hawke, Octavia Spencer, Julianne Moore, Javier Bardem, Penélope Cruz, Isabelle Huppert, Sienna Miller, Alec Baldwin o Don Johnson.
Y en el campo de la dirección, figuran el mexicano Guillermo Del Toro en su primera participación en Venecia, con La forma del agua; el estadounidense Darren Aronofsky que tratará de repetir su León de Oro por El luchador (2008) con una historia de terror, Mother!; o el británico Stephen Frears, con una de época protagonizada por la gran Judi Dench. Sin olvidar a George Clooney, por tercera vez en la competición de la Mostra -con Suburbicon-, un festival en el que siempre protagoniza entretenidas ruedas de prensa en las que ha recibido hasta peticiones de matrimonio.
Un amplio plantel de estrellas que dan brillo a una Mostra que desde hace años se caracteriza por una mayor apertura al cine popular, como demuestran películas que en las últimas ediciones han empezado en Venecia exitosas carreras comerciales, como fue el caso el año pasado de La La Land o La llegada.
Documentales Pero Venecia también cultiva una vertiente política y de autor y este año vuelve a demostrarlo con dos documentales en la competición, el de Ai Weiwei, una denuncia sobre la situación de los refugiados, y el de Frederick Wiseman dedicado a la Biblioteca de Nueva York.
Fuera de competición se podrá ver mucho cine de no ficción, como This is Congo, sobre el conflicto en República Democrática del Congo; Cuba and the Cameraman, que muestra la evolución de la isla desde 1972, o The Devil and Father Amorth en la que el siempre polémico William Friedkin se mete en el mundo de los exorcismos. También documentales como los dedicados a la trayectoria de Jim Carrey o al Londres de los sesenta, narrado nada menos que por Michael Caine.
Mientras que el estadounidense Paul Shcrader (Taxi Driver), se adentra en una catástrofe medioambiental en First Reformed, con Ethan Hawke y Amanda Seyfried, y la única realizadora en la sección oficial, Vivian Qu, dará que hablar con una película sobre agresiones sexuales en una pequeña ciudad china, Angels Wear White.
Realismo en el que también se inscriben los trabajos de la argentina Lucrecia Martel, Zama, que se desarrolla en la colonia española del Gran Chaco en el siglo XVIII, o del español Fernando León de Aranoa, que en Loving Pablo muestra la vida sentimental del narcotraficante Pablo Escobar, interpretado por Bardem.
Todo ello en un festival que acepta sin reticencias ni polémicas las producciones realizadas por plataformas televisivas, como Netflix, que este año presenta cuatro proyectos, dos de cine y dos series.
Y que este año ha decidido además abrirse a las nuevas tecnologías con un apartado dedicado a la realidad virtual, aunque eso sí, combinándolo con la historia que marca la Mostra de Venecia, ya que se desarrollará en la pequeña isla de Lazzaretto Vecchio, un lugar abandonado que del siglo XV al XVII albergó un hospital para enfermos de peste.
Una combinación de tradición y modernidad que quiere ser el sello de un festival que se celebra en la isla del Lido, desde donde se puede ver a lo lejos la majestuosidad veneciana.