DONOSTIA - Las bodas de Fígaro solo se había representado en la Quincena Musical de San Sebastián en 1947. Setenta años después, el festival donostiarra recibe una nueva versión de esta ópera, con un montaje de época en el que el guiño a la modernidad lo pone la “intemporal” música de Mozart.
“No hay una lectura revolucionaria. Es la propia partitura la que la hace actual”, aseguró ayer el director de la Quincena, Patrick Alfaya, de una producción que tiene en la dirección musical, al frente de la sinfónica de Euskadi, a la taiwanesa Yi-Chen Lin, la primera mujer que dirige una orquesta en los 78 años del festival donostiarra.
Giorgio Ferrara, reputado director de teatro que trabajó con Luchino Visconti, es el responsable de escena de esta obra, mientras que Dante Ferreti y Francesca Lo Schiavo, colaboradores de Martin Scorsese y ganadores de tres Oscar, se han encargado del diseño de una escenografía sencilla y colorista, en la que el vestuario cobra protagonismo.
El barítono estadounidense Lucas Meachen (conde), la soprano italiana Carmela Remigio (condesa), la soprano rusa Katerina Tretyakova (Susanna) y el bajo-barítono español Simón Orfila (Fígaro) encabezan el reparto en estas bodas de finales del siglo XVIII, en la que se cruzan amor, celos, engaño y tradiciones feudales.
Los cantantes comparecieron ayer en rueda de prensa, junto a Yi-Chen Lin, la “mezzosoprano” donostiarra Clara Mouriz (Cherubino) y Gorka Miranda, responsable del coro Easo.
Alfaya dio las tres “claves” de la ópera mozartiana: su tensión sexual, su feminidad, porque los personajes más inteligentes y cuerdos son los de las mujeres, y su componente político, porque denuncia los vicios del Antiguo Régimen.
Tanto él como sus acompañantes coincidieron en que ese carácter político es lo que otorga una mayor vigencia a la historia, basada en una comedia de Pierre-Augueste Caron de Beaumarchais y escrita por el libretista Lorenzo Da Ponte, quien redujo las expresiones más reivindicativas, reflejo de las tensiones sociales que dieron paso a la Revolución Francesa.
Yi-Chen Lin, que con 32 años ha dirigido ya a destacadas orquestas europeas, aseguró que en esta ópera “nada es excesivo”, “no sobra ni una nota” y “todo está donde tiene que estar”. A ella le gusta resaltar “esa calidad”, destacar también unas relaciones humanas que considera muy actuales y buscar el equilibrio entre la parte bufa de la ópera y sus momentos de drama.
Los ensayos se han desarrollado a lo largo del mes de julio en el Teatro del Escorial. El Kursaal acogerá las funciones mañana y el día 15. - Efe