Vitoria - Durante los siglos XI, XII e incluso parte del XIII, Europa fue testigo de un tipo de arte que caló de forma especial en Álava, el románico. El territorio alberga un patrimonio impresionante de este estilo que triplica al de sus vecinos Bizkaia y Gipuzkoa. En él se reconocen más de 270 templos, en los que destaca “una escultura de muy buena calidad” y las “espectaculares” ubicaciones, explica Gorka López de Munain director del proyecto Álava Medieval.

Con el fin de no solo mostrar los cuatro referentes de este estilo arquitectónico en el territorio, ubicados en Estíbaliz, Armentia, Tuesta y San Vicentejo, sino también de dar a conocer “autenticas joyas olvidadas”, desde la entidad se ha creado una guía “completa, sencilla y para todos los públicos” que pretende “ser un primer paso en la puesta en conocimiento de un patrimonio que tiene mucho interés y hasta ahora no se le ha prestado mucha atención”, un manual que se ha editado junto a la Diputación. Para ello, ofrece una serie de recursos sencillos para que todo interesado en el arte medieval pueda disfrutar de él en Álava y Trebiño. La guía -que se encuentra ya a la venta por 15 euros en la web www.alavamedieval.com y que en agosto llegará a las librerías, oficinas de turismo y puntos de interés- es un compendio de los 113 lugares más reseñables, organizados en 13 rutas repartidas por todas las cuadrillas de la provincia y el Condado de Trebiño. Las paradas se distribuyen entre “visitas obligadas” y “visitas recomendadas”, conformando escapadas que se pueden realizar en una mañana o como mucho un día y que prometen no dejar a nadie indiferente.

La primera de las rutas es la de Estíbaliz, que presenta tres templos de visita imprescindible como son el santuario que constituye uno de los conjuntos más completos y bellos de esta arquitectura, la ermita de Nuestra Señora de Ayala en Alegria-Dulantzi, que es una de las mejor conservadas, y la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora en Añua, un ejemplo perfecto del paso del estilo románico al gótico.

El recorrido por la Llanada presenta la ermita de San Juan de Amamio, ya que, permite ver cómo eran las iglesias parroquiales de los pueblos alaveses a finales del siglo XII debido a que ha recibido pocas modificaciones con el paso del tiempo. Muy cerca de Vitoria, en Armetia se ubica la emblemática basílica de San Prudencio, una humilde iglesia parroquial hoy en día, pero que del siglo IX al XI fue una catedral prerrománica. En el territorio de la Montaña Alavesa es de visita imprescindible la ermita de Nuestra Señora de Elizemendi, una de las primeras construcciones de este estilo que alberga en sus muros una historia que se remonta a la época de los romanos. En el emplazamiento de la zona de Gorbeialde hay un alto en el camino obligatorio no solo para admirar el paisaje, sino también la iglesia de San Bartolomé con un perfil característico de las iglesias medievales.

El recorrido por los Valles de Añana cuenta con uno de los iconos de la zona, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Tuesta, que sorprende por la calidad de su abundante escultura y la belleza de su arquitectura. Junto a esta visita, hay que parar en Tobillas para admirar la iglesia de San Román que conserva parte de su templo prerrománico. Los atractivos gastronómicos y paisajísticos de Rioja Alavesa rivalizan con la iglesia de San Juan Bautista en Laguardia, que mantiene una de las muestra del románico más tardío más interesantes del territorio alavés.

En una publicación como ésta no podían faltar los templos del enclave de Trebiño. Lugares que ayudan a entender mejor la implantación del románico en la zona como la ermita de la Concepción de San Vicentejo, uno de los tesoros de la época que se conservan, o la de San Juan en Markinez que representa la más pura armonía constructiva románica. No obstante, antes de volver a casa, Álava Medieval recomienda, en cada ruta planteada, pasar por otros templos que sin duda merecerá la pena no perderse.