Vitoria - La cuadragésimo primera edición del Festival de Jazz de Gasteiz se despide hoy del público con una doble sesión en Mendizorroza que presentará dos partes bien diferenciadas. Para arrancar la jornada, frente al público se encontrará un supergrupo bautizado como Woman To Woman donde se dan cita intérpretes de distintas generaciones que están consiguiendo algo tan complicado todavía hoy en día como ser mujer, dedicarse a la música y conseguir ser tenidas en cuenta. Tras ellas será el turno para el regreso a la capital alavesa de un Rubén Blades que está en plena gira de despedida de la salsa, que no de la música. Como viene sucediendo toda esta semana, la cita será a partir de las 21.00 horas, estando las entradas a la venta por 40 euros.

Son Allison Miller, Noriko Ueda, Ingrid Jensen, Melissa Aldana, Anat Cohen y Cécile McLorin Salvant bajo la dirección musical de Renee Rosnes quienes dan vida a un proyecto con, en principio, fecha de caducidad, una aventura puesta en marcha en este 2017 para recorrer distintos escenarios, sobre todo del viejo continente, ofreciendo un repertorio ecléctico.

Más allá del género, con estas bandas de estrellas actuales que conforman una especie de UTE (unión temporal de empresas) musical suelen pasar dos cosas fundamentales: o la suma termina siendo multiplicación y, más allá de que exista o no un disco o un proyecto concreto a desarrollar, la fórmula funciona y engancha al público; o el encuentro de nombres conocidos se limita a engatusar a programadores bajo la premisa de ganar dinero y salir corriendo después de, como mucho, cumplir el expediente. Esto último, por desgracia, es bastante habitual. El festival gasteiztarra ha conocido algún que otro caso en primera persona.

No parece, eso sí, que el de esta noche vaya a ser el caso, sino al contrario. Lo de coge el dinero y corre no toca esta vez. Aún así, sólo el directo dirá si esta suma de talentos termina de verdad por multiplicar. Y sólo hay una forma de comprobarlo, acudir al polideportivo.

Ninguna de las siete lo tiene fácil y la única razón tiene que ver con el hecho de que son mujeres en una industria y en un género donde el hombre es que el marca el camino. Tampoco hay que ponerse vendas. Cualquiera sabe que Rosnes debería tener mucho más reconocimiento entre público y crítica del que posee. No hay más que pararse en el reciente y muy recomendable Written in the rocks. Y qué decir de la trompeta de Ingrid Jensen... Pero tanto ellas que ya tienen una senda detrás como la joven Melissa Aldana -que se estrenó en Vitoria hace tres años- tienen que trabajar contra lo mismo, contra esa especie de doble exigencia que se aplica también a actrices, escritoras, pintoras, fotógrafas... Ni siquiera Cécile McLorin Salvant, quien en los últimos años ha conseguido poner su nombre en lo más alto, puede escapar a esa red.

Más allá de que el contexto en el que se forma esta banda sea el descrito, Woman To Woman pretende, ante todo, hacer música, proponer a los espectadores un concierto en el que no hacer de la individualidad un factor excluyente sino un aporte a un sonido global. A las siete, por separado, les sobra calidad. Que sean capaces de que las partes conformen un todo en condiciones está en su mano.

Llegado este punto, y pasado el habitual descanso, el certamen afrontará su último concierto en el pabellón. Dicen que Rubén Blades -que mañana cumple 69 años- tiene toda la intención del mundo de presentarse a las presidenciales de Panamá en 2019 y que con ese objetivo en mente está realizando ahora una gira de despedida que se alargará hasta 2018, por lo que se sospecha que si la apuesta política sale bien, la música se quedará a un lado puede que para siempre, teniendo en cuenta la edad que tendría al terminar la primera legislatura.

Pero todo eso son cábalas que habrá que ver si se confirman. La realidad es que Blades ha dejado escrito que su intención con estos conciertos es despedirse de la salsa pero no de la música, puesto que no descarta recorrer otros caminos. Así que a Gasteiz volverá seis años después dispuesto a repasar sus grandes éxitos y a despedirse del público no se sabe hasta cuándo. Lo hará -tras dejar aparcado por un momento el rodaje de Fear the Walking Dead- acompañado, como siempre de Roberto Delgado & Orquesta y dispuesto a poner el mejor broche posible a esta cuadragésimo primera edición del evento.

Después, el festival empezará a mirar a los ojos a 2018, mientras el músico y actor panameño va definiendo su futuro político. ¿Se volverán a cruzar sus caminos?