Vitoria, 24 jun- No ha hecho falta la lluvia para que el cierre de esta edición del Azkena Rock haya sido en Vitoria una noche memorable, han bastado los toques de elegancia y calidad de Michael Kiwanuka y Chris Isaak y la energía de Thunder, Union Carbide Productions y The Cult para rematar una edición redonda.Isaak cumplirá 61 años el próximo lunes, pero ni con ayuda de los primeros planos proyectados en las pantallas gigantes se atrevería nadie a decirlo, porque su voz, su aspecto y su disposición sobre el escenario resultan tan frescas como maduras son sus composiciones.El californiano ha presentado canciones de su último trabajo, "First Cames The Night", junto con los clásicos que desde sus inicios a mediados de los ochenta nos ha ido dejando su carrera, temas como "Blue Hotel", "San Francisco Days", "Forever Blue" o el inolvidable "Wicked Games".Ha terminado su concierto con "Big Wide Wonderful World" y con "The Way Things Really Are" dejando el testigo a elegir entre la propuesta más desenfadada y divertida de Wyoming y sus Intocables o la de The Cult, banda británica con origen en los años 80 que vuelve al escenario vitoriano con su nuevo trabajo "Hidden City".El día en todo caso ha sido intenso. Los más madrugadores han podido degustar sus aperitivos en la vitoriana Plaza de la Virgen Blanca a ritmo de rockabilly con el australiano Pat Capocci, que ha repetido actuación abriendo el escenario principal del Azkena Rock en el recinto de Mendizorroza.Los madrileños SCR han sido los encargados de abrir el espacio "Respect", y lo han hecho con su nuevo trabajo "Sotacaballorey", un compendio de temas de hard rock con ecos de Zeppelin que han puesto en marcha a los tempraneros asistentes.La tarde ha seguido fluyendo con la presencia de Buck & Evans, un cuarteto originario de Cardiff que combina la voz de Sally Ann Evans, por cierto, la única presencia femenina en esta edición del Azkena Rock vitoriano, y la guitarra de Chris Buck con un resultado que funde el soul y rock clásico.La apuesta por el hard rock rápido y sin concesiones se ha vuelto a hacer evidente con la presencia de Bloodlights, banda noruega formada en 2006 tras la disolución de la histórica Gluecifer que ha presentado en Vitoria su último trabajo, "Pulling No Pushing".Ha llegado luego el momento de repartirse, porque de forma casi simultánea han sonado en los escenarios del Azkena Rock el metal de los británicos Inglorius, el rock estatal de Loquillo y la presencia de Pat Briggs y Psychotica, una banda histórica del glam nacida en los noventa.La rampa final de lanzamiento hacia el esperado concierto de Chris Isaak ha sido igualmente intensa, y muchos aficionados han andado casi a la carrera para no perderse a Michael Kiwanuka, la promesa del soul británico presentando "Love & Hate", su segundo y de momento último trabajo, y tratar de llegar a Thunder,también británicos pero encuadrados en el hard rock.Pero aún faltaba por ver un momento singular de esta edición del festival vitoriano, la reunión en exclusiva de los suecos Union Carbide Productions.Ebbot Lundberg y los suyos, ahora en The SoundTrack Of My Life, han dejado por un momento el delicado sonido de esta formación y han recuperado el lado más salvaje y hasta casi punk de su directo.En definitiva, una edición más del Azkena que deja en la retina y en los tímpanos de la nutrida asistencia todo un rosario de momentos memorables, sorpresas y descubrimientos, y que además, y es de agradecer, se ha librado hasta de la lluvia. EFE