madrid - A sus 74 años, Raphael está otra vez de gira a lo grande, pocos días después de pisar por segunda vez en menos de un año el majestuoso Teatro Real o de debutar el pasado mes de noviembre en la recoleta y roquera sala madrileña Joy Eslava. “Me gustan los teatros y el de La Zarzuela siempre será mi teatro porque fue el primero donde actué, pero yo disfruto más los conciertos para las masas porque tengo más sitio en el escenario y la vista alcanza más lejos”, afirma a Efe el único español con un disco de uranio por sus ventas totales (más de 50 millones de copias) de un sinfín de álbumes que ni él puede calcular ya. Añade que a esos espectáculos colosales les cogió el gusto desde que en 1967 pisara las tablas del mítico Madison Square Garden de Nueva York, con el aforo a reventar. “El público es más variopinto y puedes ver a gente más y menos pasota, a seguidores de toda la vida y a gente joven...”, explica el intérprete.

Para acercarse a la forma en que las nuevas generaciones se dicen y cantan “te quiero”, Raphael acudió a compositores como Bunbury, Iván Ferreiro, Vega o Dani Martín que nutrieron de temas inéditos su álbum Infinitos bailes (2016), el que motiva su actual gira, que recalará el 6 de julio en el WiZink Center de Madrid (antiguo Palacio de Deportes). - Efe